Web3: ¿Qué es y cómo puede revolucionar las finanzas?

La combinación de internet, la tecnología de registro descentralizado y las finanzas descentralizadas (DeFi, por sus siglas en inglés) están configurando una nueva realidad que se ha venido a denominar “web3” o “web 3.0”. Con esta terminología, se hace referencia a una internet descentralizada basada en el uso de la tecnología de blockchain.

Gracias al uso del registro descentralizado se pretende generar una red de redes más democrática, más abierta y más transparente, ya que los datos de las blockchain son completamente abiertos y públicos. Los expertos apuntan a que Web3 está dando lugar a la tercera generación de internet, que combina el auge del internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y de las aplicaciones descentralizadas.

Pero ¿cómo puede revolucionar esta nueva generación de internet el mundo financiero? En combinación con la inteligencia artificial, la expectativa es que la web 3.0 genere eficiencias en el sector financiero y brinde una experiencia de usuario más inteligente. Por una parte, algunos analistas apuntan a que Web3 contribuirá a la descentralización del dinero[1].

El desarrollo de Web3 favorecería el uso de billeteras digitales al facilitar que los individuos puedan almacenar distintos activos digitales.

Por otra parte, la capacidad de discernir y evaluar información utilizando la inteligencia artificial y el análisis contextualizado gracias a Web3, podría ayudar a que los proveedores de servicios financieros ofrezcan experiencias de cliente personalizadas.  Por ejemplo, se espera que la web 3.0 permita a las instituciones financieras dar información hiperpersonalizada en su negocio de gestión patrimonial[2]. Su impacto también puede dejarse notar en el ámbito de los pagos al favorecer el desarrollo de operaciones instantáneas y transfronterizas.

Los expertos coinciden en que web3 puede tener un gran potencial para el sector de los servicios financieros, pero el papel de las normativas será clave.  Los distintos reguladores nacionales e internaciones deben estar abiertos a rediseñar las regulaciones en torno al potencial de la Web3. Los expertos apuntan que la tecnología está alcanzando un nivel de madurez que debe corresponderse con normativas claras acerca de lo que puede hacerse o no con dicha tecnología, si bien existe el riesgo, como en otras ocasiones, de que la regulación llegue después que la adopción de la innovación.