Las implicaciones de la posible stablecoin de PayPal

Recientemente se ha observado una huida de los inversores de los cripoactivos más especulativos.  El lugar de las monedas digitales más volátiles lo pueden terminar ocupando otras como son las stablecoins. La posibilidad de mantener su valor estable y ligado a una moneda fiduciaria, como el dólar o el euro, hace que algunas compañías vean la opción apostar por estas criptomonedas estables lanzando sus propias divisas.

El mercado de las criptomonedas estables se ha multiplicado por 20 en tan solo un par de años. A finales de 2021, su capitalización había superado los 115.000 millones de dólares mientras que, en enero de 2020, era de 5.580 millones de dólares[1]. La mayor aceptación de estas monedas ha hecho que, PayPal, la compañía americana de pagos, haya confirmado que está explorando el lanzamiento de su propia criptomoneda estable.

El objetivo de la compañía es capitalizar el interés de los consumidores por los criptopagos, sin que el valor de estos esté expuesto a la volatilidad de otras criptomonedas como Bitcoin o Ether. El impacto potencial de una moneda estable de PayPal - en los pagos en general y en la industria de las criptomonedas, en particular - es difícil de estimar.

Mientras que algunos expertos[2] ven el movimiento de la empresa como extremadamente positivo para las monedas digitales, otros creen no vendrá a alterar el ecosistema existente. Si bien, a diferencia de otras empresas que también han tratado de lanzar su propia criptomoneda, los analistas coinciden en que PayPal está mejor posicionada. Además de contar con 350 millones de usuarios, en los últimos años ha construido una red de y confianza entre consumidores y empresas, lo que podría traducirse en una aceptación más rápida y fluida de su moneda.

Aunque todavía el proyecto está en una fase incipiente, una de las principales amenazas es la presión regulatoria. Esto ya ocurrió con el caso de Libra y Facebook. La compañía tendrá que superar los distintos desafíos regulatorios que conlleve el lanzamiento y uso de una moneda, que, por su dimensión, puede acabar convirtiéndose en global. En cualquier caso, el posible lanzamiento de esta moneda puede servir como un catalizador para la adaptación de las stablecoins y dar un impulso a la industria de las criptomonedas, al menos para las estables. En este sentido, otras compañías de pagos como Visa ya han admitido la realización de pagos con algunas stablecoins.[3]