La evolución de los NFT: crecimiento e incertidumbre

El mercado de los tokens no fungibles (NFTs, por sus siglas en inglés) está en auge. El interés por estos activos digitales ha crecido en los últimos años. En parte se explica por el impacto mediático y la participación de personas influyentes (influencers) en su publicidad y comercialización, así como por el interés de las comunidades de juegos por los mismos.

No puede olvidarse, tampoco, el aumento de la demanda de obras de arte digitales. El volumen de transacciones aumenta a medida que se lanzan nuevas colecciones, y la cantidad de compradores y vendedores activos de los NFT continúa en aumento. En la principal plataforma donde se compran y venden los NFT, OpenSea, existen más de 2 millones de colecciones que engloban un total de 80 millones de NFT.[1] Actualmente, la industria estaría valorada en unos 3.000 millones de dólares. Algunas estimaciones optimistas apuntan a que el mercado delos NFT puede alcanzar una valoración de 13.600 millones de dólares en 2027.[2]

Un reciente informe de la aseguradora Hiscox[3] revela que el 82% de los compradores de tokens no fungibles lo hace con fines especulativos. Es decir, su  principal objetivo es obtener potenciales ganancias por una revalorización de los activos adquiridos.

El informe también revela que los principales motivos para no participar en este mercado son la preferencia por el formato físico cuando se compran obras de arte (35%), la escasa calidad de las obras digitales (27%) y el temor de que pueda estar surgiendo una burbuja en dicho mercado (13%).

Una de las actuales tendencias es la venta de los NFT ligados al metaverso, como la compraventa terrenos digitales. En 2021, este tipo de transacciones  alcanzó los 514 millones de dólares[4]. La combinación de metaverso y los NFT puede hacer que el crecimiento sea exponencial en los próximos años.

En todo caso, el elevado crecimiento de la industria de los NFT también está propiciando que algunos analistas consideren que puede estar auspiciando una burbuja. El valor intrínseco de algunas de las colecciones es escaso, pero, a pesar de ello, continúan revalorizándose. El contexto macroeconómico actual no parece ayudar. De hecho, el giro de las políticas monetarias hacia unas subidas de tipos puede terminar propiciando un estallido de la burbuja si una parte significativa de los inversores en estos activos prefiere invertir en otros con menor riesgo.