Inclusión y salud financieras

La imposibilidad de acceder a servicios financieros reduce el bienestar. El acceso limitado obstaculiza la capacidad de las personas para gestionar riesgos y ahorrar para el futuro. En este sentido, como ha puesto de manifiesto un informe del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), la digitalización financiera puede estar detrás de los recientes avances en inclusión y salud financieras.

Como refleja el gráfico superior de la izquierda, existe una correlación positiva entre la inclusión y la salud financieras. Los avances en materia de inclusión financiera están, en buena parte, explicados por desarrollos tecnológicos que permiten a los ciudadanos disfrutar de servicios financieros más accesibles.

Por ejemplo, los sistemas de identidad digital han hecho que la apertura de una cuenta bancaria sea más sencilla y, en ocasiones, automatizada.

Además, el gráfico superior de la derecha refleja cómo un mayor uso de pagos digitales se asocia con una menor informalidad económica, es decir, una proporción menor de la economía sumergida. El uso de pagos digitales para realizar compras o para recibir nóminas crea un rastro de datos que ayuda a formalizar actividades previamente no registradas. Estos registros económicos facilitan el acceso a servicios financieros importantes como el crédito y facilitan la necesaria fiscalización de las operaciones de compra y venta.