El verano de las criptomonedas y el criptoinvierno en el horizonte

La evolución negativa que viene experimentando el universo de las criptomonedas recientemente puede agravarse en lo que queda de año. Es lo que algunos analistas han venido a denominar el “criptoinvierno”. Entre otros factores, le afecta una política monetaria más restrictiva para hacer frente a la elevada inflación, que ha causado un cambio en la consideración del riesgo y puede ahondar las caídas de los criptomercados.

Las importantes bajadas sufridas entre mayo y junio, período en el que bitcoin pasó de tener un valor cercano a los 50.000 dólares a superar ligeramente los 20.000 dólares, no se han revertido durante el verano. Todo ello, a pesar de que los meses estivales suelen buenos para los criptomercados.

Los últimos tres veranos bitcoin experimentó una revaloración de entre un 15% (verano de 2019) y un 33% (verano de 2021)[1]. Sin embargo, en este 2022 el valor de esta criptomoneda no se ha recuperado de las caídas  ya iniciadas desde mayo, oscilando entre los 21.000 y los 25.000 dólares[2]. Actualmente, en la primera semana de septiembre se sitúa cerca de los 20.000 dólares, su valor más bajo en los últimos 15 meses.

Según diversos analistas, el hecho de que el verano no haya sido bueno para los criptomercados representa una señal negativa de cara al otoño e invierno. Para estos analistas, las relativamente bajas expectativas de crecimiento económico y la prolongación en las subidas de tipos de interés por parte de los Bancos Centrales  para hacer frente a la elevada inflación juegan en contra de los criptomercados.[3] Se estima que el valor de bitcoin podría caer por debajo de los 15.000 dólares, lo que supondría terminar el año con una caída del 70% con respecto al valor con el que inició 2022. Si bien, como muchos analistas apuntan, se desconoce cuál puede ser el suelo de los criptomercados.

Estas expectativas contrastan con el entusiasmo que algunos sectores de población mantienen en relación con el universo de los criptoactivos. En España, un evento sobre criptomonedas organizado a finales de agosto congregó a más de 7.000 personas.[4] Todo ello, a pesar de que la CNMV advirtió  que la empresa organizadora del evento no está autorizada para operar en España.  Por otra parte, según una encuesta elaborada en agosto en Estados Unidos, el 56% de los consumidores siguen teniendo interés por las compras de criptomonedas.