El proceso de digitalización financiera de la España rural

El proceso de digitalización financiera de la sociedad española también empieza a hacerse evidente en el ámbito rural. Las cifras más recientes muestran cómo un mayor porcentaje de población residente en pequeños municipios empieza a acostumbrarse a usar el canal digital para realizar sus operaciones financieras. Como se apunta por parte de los poderes públicos, es clave que la digitalización financiera sea un fenómeno más inclusivo.

En las últimas décadas, se ha venido produciendo una reducción en la red de oficinas bancarias en España. En algunos casos, los cierres han afectado a pequeños municipios. A pesar de esta caída, explicada por el exceso de capacidad que tenía el sector antes de la crisis financiera, algunos estudios recientes han puesto de manifiesto que el 98,6% de la población española reside en un municipio donde, al menos, hay un punto de acceso a servicios bancarios[1]. En cualquier caso, para evitar que la reducción en el número de sucursales pueda derivar en un problema de exclusión financiera, es clave que la población rural de pequeños municipios también avance en su grado de digitalización general y, en particular, financiera.

Los datos aportados por la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los Hogares, realizada por el INE[2], muestran un importante crecimiento en el grado de digitalización financiera de la España rural. El 63,5% de los adultos residentes en poblaciones de menos de 10.000 habitantes son usuarios de la banca electrónica. Este porcentaje es aún mayor, situándose en el 67,8%, cuando se consideran los residentes en municipios de hasta 20.000 habitantes. Aunque estas cifras están ligeramente por debajo de la media nacional - situada en el 69% - sí se ha apreciado un importante incrementado, a raíz de la pandemia. Antes del Covid-19, menos de la mitad de la población (47,9%) residente en municipios de menos de 10.000 habitantes usaba el canal digital para relacionarse con su entidad financiera. El incremento desde la pandemia ha sido de 15 puntos porcentuales.

De hecho, el diferencial en el uso de la banca online entre la población residente en grandes municipios –capitales de provincia y otros de más de 100.000 habitantes – y pequeños municipios – con menos de 10.000 habitantes  – se ha reducido en casi un 25% en tan sólo 3 años.

En muchos casos, se observa cómo la población rural ha avanzado en sus competencias digitales gracias al uso de la banca electrónica. El aprendizaje que supone la descarga de la aplicación móvil del banco y su uso ha facilitado que el mismo usuario pueda realizar otras actividades digitales – por ejemplo, pedir cita online a una Administración Pública o realizar compras por internet.

Aún queda camino por recorrer. Es clave que el avance en la digitalización financiera de la España rural se mantenga en el tiempo para garantizar una sociedad más cohesionada en un ecosistema cada vez más digital.