Estados Unidos acelera sus planes para el lanzamiento de un dólar digital

En la actual carrera por el lanzamiento de monedas digitales de bancos centrales (CBDCs, por sus siglas en inglés) destaca el paso al frente que acaba de dar Estados Unidos. El pasado 9 de marzo el Presidente Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para evaluar los riesgos y los beneficios de crear un dólar digital[1].

La medida implica que las principales agencias federales con competencias financieras deben comenzar a elaborar informes en los que analicen el futuro que podría tener una posible CBDC. Parte de estos informes deberán examinar la infraestructura tecnológica necesaria. En particular, se pretende conocer con más detalle las implicaciones para los agentes económicos- consumidores, inversores y empresas – y para la estabilidad del sistema financiero. En un plazo de 180 días, estas agencias deben presentar un informe detallado.

Los analistas coinciden en que este movimiento supone un claro reconocimiento de la creciente preocupación por las CBDC y sus implicaciones geoestratégicas.

Por otro lado, los criptomercados también entendieron este interés como una noticia positiva para los mismos[2]. Así, tras la publicación de la orden, se produjo una subida en el precio de bitcoin y de otras criptomonedas.

Hasta este momento, mientras que la eurozona y, sobre todo, China, ya habían dado pasos significativos para tener una moneda digital, el interés que despertaba dicha posibilidad en las autoridades estadounidenses era limitado. Los expertos apuntan a que los avances en otras jurisdicciones por lanzar CBDCs, unido al temor de que el dólar pueda perder relevancia como moneda de reserva, explicarían el renovado interés por explorar ahora el lanzamiento de su divida en formato digital.

Por su parte, la Reserva Federal ha mantenido la cautela, al indicar que no es fundamental ser los primeros en el lanzamiento de una CBDC, sino hacerlo bien[3]. Para la Fed, antes de su lanzamiento, es esencial una amplia consulta con el público en general y con los principales agentes económicos implicados, tal y como hizo el Banco Central Europeo en enero de 2021. En cualquier caso, la orden del presidente alienta a la Reserva Federal a acelerar esta investigación.