Las tentativas teóricas para ofrecer una explicación de los factores competitivos de las empresas han estado tradicionalmente presentes en la literatura económica (algunos ejemplos son: Rumelt, Schendel y Teece, 1991; Nelson, 1992; Salas, 1993; Day y Rebestein, 1999). Las diversas perspectivas han enfatizado uno u otro factor o aspecto del problema. Así podemos encontrar desde una visión donde lo que determina la competitividad de las empresas es su posición en el mercado (imperfecciones del mercado de outputs [Porter, 1980]), hasta otras perspectivas que se centran en las competencias internas de las empresas (imperfecciones del mercado de inputs [Prahalad y Hamel, 1994]).