En un mercado de trabajo como el español, aquejado de altas tasas de desempleo y baja calidad del empleo, la crisis de la COVID-19 ha acelerado el proceso de la revolución digital. Muy probablemente, las infraestructuras, tecnologías y prácticas introduci­das durante la pandemia van a impulsar la digitalización de la actividad económica, con efectos sobre la productividad y el empleo. Superar los problemas estructurales del mercado de trabajo exige un cam­bio del modelo productivo que haga compatible el aumento de la productividad y del empleo, lo cual, a su vez, requiere un elevado crecimiento del PIB.