Previsiones económicas para España  2024-2025

Previsiones económicas para España  2024-2025

Fecha: 21 de octubre de 2024

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Evolución reciente de la economía española

La revisión ordinaria y extraordinaria realizada por el INE de las cifras de Contabilidad Nacional ha elevado el crecimiento acumulado del PIB en el periodo postpandemia desde el 2,5% hasta el 3,6%. La demanda nacional aportó 3,1 puntos porcentuales a esta cifra, mientras que el sector exterior sumó cinco décimas porcentuales. Dentro de la demanda nacional, se han revisado al alza las aportaciones de sus componentes, pero sigue destacando la debilidad del consumo privado, y, muy especialmente, de la inversión, que, si bien ahora contribuye con una leve aportación positiva, en el caso de la formación bruta de capital fijo la aportación sigue siendo negativa (es decir, su nivel se encuentra por debajo del registrado en 2019). En cuanto al sector exterior, se ha revisado a la baja su contribución, pero las exportaciones netas de servicios no turísticos siguen sorprendiendo al sumar 1,4 puntos porcentuales, por encima de lo que aporta el turismo (0,4%) y frente a la aportación negativa del sector exterior de bienes (gráfico 1).

Respecto al año en curso, el PIB creció un 0,9% en el primer trimestre –una décima más de lo adelantado por las cifras previas– y un 0,8% en el segundo trimestre.

La leve ralentización del segundo trimestre procedió del debilitamiento del sector exterior, con una aportación de una décima porcentual, que se sumó a una mayor contribución de la demanda nacional, con siete décimas porcentuales. De los componentes de la demanda nacional, el mayor impulso procedió del consumo privado, mientras que la inversión en capital fijo registró avances muy modestos en sus componentes, aportando solamente una décima porcentual al crecimiento del PIB.

En cuanto al sector exterior, las exportaciones ralentizaron su crecimiento en el segundo trimestre hasta un 0,7% –frente al 1,8% del primer trimestre– debido a un menor dinamismo en las de servicios no turísticos y a la caída en las de bienes, mientras las importaciones tuvieron un avance semejante al del primer trimestre, sustentado en un mayor crecimiento de las de servicios turísticos y no turísticos.

El empleo, medido en horas trabajadas según la Contabilidad Nacional, creció un 0,8% en el segundo trimestre, tras la caída del 0,5% en el trimestre precedente. La productividad por hora trabajada, por su parte, registró un avance nulo en el segundo trimestre –después de crecer un 1,3% en el primer trimestre–, situándose un 2,3% por encima del nivel prepandemia.

En cuanto al tercer trimestre, con información todavía incompleta, los indicadores, de manera general, siguen mostrando fortaleza, aunque con una cierta desaceleración. Tanto los indicadores relacionados con la actividad industrial como los relativos a servicios comenzaron el trimestre con resultados en línea, o ligeramente inferiores, a los del trimestre previo. Dentro de estos, destacó el indicador PMI de industria y, especialmente, el de servicios, que acabaron el trimestre con resultados muy positivos. En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, siguió avanzando, pero a un ritmo menor que en los trimestres previos, repitiendo el mismo patrón ya observado en 2022 y 2023. Toda esta información tomada en su conjunto permite anticipar un crecimiento intertrimestral del PIB del 0,7% para el tercer trimestre.

La tasa de inflación general se moderó desde su máximo anual del 3,6%, alcanzado en mayo, hasta el 1,5% en septiembre, el nivel más reducido desde marzo de 2021. El descenso de la tasa subyacente es más lento que el de la tasa general, situándose en septiembre en el 2,4%. En los alimentos y en los bienes industriales las tasas mensuales de crecimiento ya son similares a sus medias históricas anteriores a la etapa inflacionista –incluso, los primeros han registrado descensos mensuales de precios–, y en los servicios, el núcleo más resistente a la desinflación, parece que las tensiones comienzan a aminorar.

A la vista del descenso de la inflación más rápido de lo esperado, y del tenue crecimiento del PIB en la eurozona, el BCE procedió a recortar tipos en 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, y en otros 25 puntos básicos en la de octubre. Los tipos de mercado, por su parte, continuaron su senda descendente, que se aceleró en el tercer trimestre hasta situarse la referencia a 12 meses en torno al 2,75% en la primera quincena de octubre. Asimismo, la rentabilidad de la deuda pública española también se redujo hasta el 2,9% y la prima de riesgo se mantiene desde marzo oscilando en torno a los 83 puntos básicos.

La Balanza de Pagos por cuenta corriente arrojó un superávit histórico en los siete primeros meses de este año, de 30.800 millones de euros, la mejor cifra en este periodo de la serie histórica. El déficit de la balanza comercial de bienes se redujo, mientras que el superávit de servicios creció de forma notable, impulsado por los servicios turísticos. Respecto a la balanza de rentas, tuvo lugar un leve incremento de los pagos netos al exterior.

Finalmente, las administraciones públicas registraron un déficit en la primera mitad del año de 34.629 millones de euros, tan solo 1.100 millones menos que en el mismo periodo del año anterior. La ligera mejoría refleja el incremento de la recaudación y de las cotizaciones sociales, que permiten compensar el aumento en el capítulo de gastos, donde destaca la remuneración de los asalariados con un avance de 3.600 millones, las prestaciones sociales con un incremento de 8.400 millones, y el creciente protagonismo de los intereses, que registran un avance de 2.200 millones.

La tasa de ahorro se mantiene por encima de su media histórica

La renta disponible bruta de los hogares creció un 8,7% en el segundo trimestre de este año, una tasa elevada, pero de menor magnitud que las registradas en los cinco trimestres anteriores. Este crecimiento se apoyó en el importante avance de las remuneraciones salariales, así como de las prestaciones sociales y rentas de propiedad, que más que compensaron el importante avance de las cotizaciones sociales y de los impuestos de la renta y patrimonio. El crecimiento del consumo fue inferior al de la RDB, de modo que la tasa de ahorro se mantuvo en niveles muy elevados, situándose en el segundo trimestre en el registro más alto de un segundo trimestre de la serie –excluyendo los años de la pandemia, 2020 y 2021–. En términos desestacionalizados, se redujo hasta el 13,1%, desde el 14,1% del trimestre anterior (gráfico 2).

El mantenimiento de la tasa de ahorro por encima de su media histórica puede explicarse en parte por el aumento de los tipos de interés, que mueve a los hogares a incrementar su ahorro con el fin de adelantar el pago de sus deudas, al tiempo que desincentiva la adquisición de vivienda. Asimismo, en el año 2023 pudo haberse producido un efecto sorpresa por la recuperación de capacidad adquisitiva –la tasa de inflación descendió desde el 8,4% del año anterior hasta el 3,5%, mientras que las remuneraciones salariales se aceleraron–, lo que pudo haber llevado a los hogares a ahorrar más de lo planificado –del mismo modo que el año anterior el efecto sorpresa pudo operar en el sentido contario, explicando, al menos en parte, la bajada de la tasa de ahorro en dicho ejercicio–. Otros motivos que podrían explicar los elevados niveles de la tasa de ahorro pueden estar relacionados con la incertidumbre, o con el mayor aumento de los ingresos en los grupos sociales de mayor renta y por tanto con mayor propensión a ahorrar. En cualquier caso, este fenómeno, que también se observa de en el resto de los países de la eurozona, probablemente tiene un importante componente estructural, de modo que no se espera, a medio plazo, el retorno a las tasas anteriores a la pandemia.

El papel de la inmigración en la evolución económica reciente

Uno de los fenómenos más destacables de los últimos años ha sido el crecimiento de la población inmigrante, que aumentó en 1.263.000 personas entre julio de 2021 y julio de 2024 (frente a 187.000 la población nacional). Es un crecimiento elevado, aunque se encuentra en el entorno de las cifras registradas en los años anteriores a la crisis de 2008 (gráfico 3).

Como consecuencia de ello, la población activa extranjera se incrementó en 700.000 personas (en el segundo trimestre de 2024 frente al mismo periodo de 2021). El número de ocupados extranjeros aumentó en 800.000, lo que supone que, en términos agregados, toda la nueva población activa inmigrante encontró empleo, además de una parte de la que previamente se encontraba en desempleo. Asimismo, esos 800.000 empleos representan el 40% del empleo creado en todo el periodo, lo que pone de relieve la relevancia de la aportación de la mano de obra inmigrante al crecimiento del PIB en los últimos años. Conforme a las cifras de afiliación a la Seguridad Social, los sectores con mayor presencia de trabajadores extranjeros son el servicio doméstico, con el 45% de total, el agrícola y la hostelería, con un 25% cada uno, seguidos de la construcción con un 18%.

La aportación de la población extranjera al crecimiento del PIB no solo se materializa por la vía de la oferta, al proporcionar mano de obra que permite cubrir las necesidades de numerosos sectores que se enfrentan a problemas para encontrar trabajadores, sino también por la vía de la demanda, al incrementar el tamaño del mercado. En este sentido, conforme a la Encuesta de Presupuestos Familiares, el 25% del incremento del consumo total de los hogares entre 2021 y 2023 fue realizado por hogares cuyo sustentador principal era un extranjero. No obstante, el consumo privado apenas aportó un tercio del crecimiento del PIB registrado en este periodo, de modo que la contribución fundamental de la población extranjera procedió de su aportación por el lado de la oferta.

Previsiones para 2024-2025

Estas previsiones se basan en el supuesto de una inflexión hacia una política fiscal menos expansiva que en años anteriores y al mismo tiempo una política monetaria menos restrictiva. El cambio de mix macroeconómico, similar al que ya se incorporaba en las anteriores previsiones, se debe, en primer lugar, al objetivo de reducción de los desequilibrios presupuestarios, por la reactivación de las reglas fiscales europeas y ante la necesidad de colocar en los mercados cantidades ingentes de deuda en condiciones asequibles para la hacienda pública –algo que solo es posible con una senda fiscal que genere confianza--. En segundo lugar, se anticipa un descenso de los tipos de intervención del BCE, a medida que la desinflación se vaya afianzando en la eurozona. Según esta hipótesis, la facilidad de depósito, principal referencia de política monetaria, descendería hasta el entorno del 2,5% a finales del periodo de previsión.

En cuanto al entorno internacional, el supuesto es que el conflicto en Oriente Medio seguirá lastrando la confianza, pero sin desestabilizar gravemente los intercambios tanto en la región, rica en hidrocarburos, como a nivel global. Las previsiones incorporan una cotización del Barril de Brent en el entorno de 75$ durante todo el periodo de previsión. Por otra parte, a nivel europeo la desinflación dejaría espacio para un leve repunte del consumo y del crecimiento en el transcurso del año que viene.

Con estos supuestos, y habida cuenta del crecimiento acumulado durante el primer semestre, se prevé un avance del PIB del 3% en 2024, cinco décimas más que la anterior previsión. Esta revisión al alza refleja principalmente la mayor aportación de la demanda interna, entre la que destaca el consumo público, más expansivo de lo previsto. El consumo privado también se ha ajustado, fruto de la revalorización, más elevada de lo anticipado, de las remuneraciones salariales: de manera similar a lo ocurrido en otros países europeos, los salarios han incorporado mecanismos de compensación por la pérdida de poder adquisitivo registrada en el periodo reciente. La formación bruta de capital fijo, sin embargo, mantiene su senda de relativa debilidad, de modo que la previsión de crecimiento de esta variable sufre pocos cambios. Finalmente, la contribución del sector exterior se ha revisado al alza: el incremento de las exportaciones, si bien menos vigoroso de lo inicialmente previsto, compensa el débil comportamiento de las importaciones.

Con todo, considerando el presente ejercicio en su conjunto, el consumo público y las exportaciones de bienes y servicios se mantendrán como los principales motores del crecimiento, con avances en ambos casos superiores al 3%. El auge exportador es llamativo, dado el contexto de atonía de los mercados europeos junto con el recrudecimiento de las barreras aduaneras entre grandes bloques comerciales. Destaca el impulso del turismo (con una subida prevista del 13,4% en términos reales en 2024), y de las exportaciones de servicios no turísticos (+9,7%), más que compensando la leve reducción de las ventas de bienes en el exterior (-0,4%). Por otra parte, por segundo año consecutivo, las importaciones crecerán a un ritmo inferior a la demanda. Esta elasticidad importadora, anormalmente baja, obedece en parte a la atonía de la inversión en bienes de equipo, siendo esta una variable con un alto contenido en insumos externos.

La demanda del sector privado crecerá a un ritmo inferior al PIB. Así pues, el consumo privado avanzará un 2,7%, dos puntos por debajo del crecimiento previsto de la renta disponible de los hogares en términos reales. La brecha entre los ingresos y el gasto redunda en un aumento notable de la tasa de ahorro, en un entorno marcado por un contexto de incertidumbre y tipos de interés altos, incitando a la contención del consumo de las familias y a su desendeudamiento. Asimismo, se anticipa un incremento limitado de la formación bruta de capital fijo, particularmente en el segmento de bienes de equipo. Las empresas mantendrán una capacidad de financiación positiva (diferencia entre la renta disponible y la inversión) equivalente al 1,5% del PIB.

Para 2025, se anticipa un crecimiento del PIB del 2,1%, en retroceso con respecto a este año (una desaceleración ya anticipada en las anteriores previsiones). El crecimiento procederá casi por completo de la demanda interna, con una aportación de 2 puntos. Destaca el crecimiento del consumo privado, sostenido por la creación de empleo y el desembolso de una parte del ahorro acumulado. La inversión repuntará levemente a medida que se acerca el plazo de ejecución de los fondos Next Generation y que la reducción de los tipos de interés incentiva el recurso al crédito. Con todo, la tendencia al desendeudamiento del sector privado se mantendrá: los pasivos alcanzarán los valores mínimos en lo que va de siglo tanto en el caso de los hogares como de las empresas no financieras (gráfico 4). Por otra parte, se prevé una moderación del consumo público, ya que la normativa fiscal europea, unida a la vigilancia de los mercados, limita el margen de maniobra presupuestario.

El sector exterior aportaría una décima al crecimiento del PIB, a medida que se modera el crecimiento del turismo y que las importaciones recuperan su elasticidad histórica.

En suma, para el conjunto del bienio se anticipa un crecimiento más vigoroso de lo esperado, fruto de la expansión fiscal y del favorable posicionamiento competitivo de la economía española, particularmente en los sectores de servicios turísticos y no turísticos. El resultado contrasta con el escaso avance de la eurozona, de modo que a final del periodo de previsión el PIB español se situaría un 8,9% por encima del nivel prepandemia, frente al 5,7% de la media europea (gráfico 5).

La desinflación se afianzará en los próximos trimestres, principalmente por la moderación de los precios de los alimentos y la relativa estabilidad de los costes energéticos. Sin embargo, los componentes subyacentes, particularmente los servicios, serán más resistentes. Esto allana el camino para una inflación ligeramente por debajo del 2% en 2025, mientras que el deflactor del PIB, que refleja los componentes subyacentes de la inflación, se situaría todavía en el 2,4%. Se prevé una menor incidencia en 2025 de las prácticas salariales de compensación de poder adquisitivo, frenando la progresión de la remuneración media por trabajador. Los salarios reales avanzarían un 0,4%, prácticamente lo mismo que la productividad.

Entre el segundo trimestre de este año (último dato disponible) y el cierre de 2025, se crearán cerca de 550.000 empleos netos en términos de EPA. Este sería todavía un resultado notable, si bien en retroceso con relación al periodo reciente (entre finales de 2021 y el segundo trimestre de este año se crearon más de un millón de empleos netos). El buen comportamiento del mercado laboral irá de la mano de un descenso de la tasa de paro hasta el 10,5% a finales del próximo ejercicio, ligeramente por encima de la anterior previsión debido a la incorporación de población activa extranjera. En todo caso, la tasa de paro se situará todavía por encima de la media de la Unión Europea.

Gracias al buen comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios, la balanza por cuenta corriente arrojará un superávit del 3% del PIB, mayor de los esperado en el presente ejercicio. El saldo total, globalmente positivo, encubre dos tendencias inversas: un fuerte excedente de la balanza de los intercambios de bienes y servicios, más que compensando el déficit de rentas generado por el peso creciente de las remesas de los inmigrantes. En todo caso, el superávit exterior se mantendrá prácticamente sin cambios en 2025, facilitando un importante descenso de la deuda externa.

Las previsiones de déficit público han sufrido pocas alteraciones. Esto es porque el tirón del gasto en consumo ha neutralizado el plus de recaudación procedente del vigoroso crecimiento de la economía. Con todo, el desvío se situaría en el 3,1% del PIB este año: el tirón del gasto en consumo ha neutralizado el plus de recaudación procedente del crecimiento de la economía. Para 2025 se prevé un déficit prácticamente sin cambios, del 3%, es decir medio punto más que el objetivo del Plan Fiscal del Gobierno. El desvío se debe a que estas previsiones se basan en las políticas ya aprobadas o anticipadas, mientras que el objetivo oficial incorpora nuevas medidas cuyo detalle se desconoce. Para reducir el déficit en medio punto, sería necesario un ajuste cercano a 8.000 millones de euros: un esfuerzo de una magnitud similar al que se realizó durante el periodo expansivo 2015-2019 (gráfico 6), con un impacto limitado en el crecimiento en el corto plazo, al tiempo que aportaría beneficios a medio plazo en términos de confianza y de margen de maniobra ante futuros shocks.             

Más allá, a políticas constantes y a falta de información detallada acerca de las medidas de ajuste, la deuda pública seguiría descendiendo durante los próximos años, pero a un ritmo inferior a lo que exige el cumplimiento de las reglas fiscales europeas (gráfico 7). Además de los compromisos comunitarios, la persistencia de un agujero presupuestario abultado deja poco margen de reacción ante los vaivenes de la coyuntura económica y financiera. Para alejar los riesgos, sería necesario realizar un ajuste adicional del déficit, y asegurar un ritmo de crecimiento de la economía más elevado, algo que supone una recuperación de la inversión y de la productividad.

Riesgos

El principal riesgo para el cumplimiento de estas previsiones sigue procediendo del ámbito geopolítico, sobre todo en el caso de un empeoramiento de la crisis en Oriente Medio. Otro riesgo procede de la situación de algunos de los principales socios comunitarios, con una economía alemana que podría tardar en repuntar más de lo anticipado, y unos mercados financieros atentos a la situación fiscal en Francia. A este respecto, la persistencia de un déficit público elevado plantea un riesgo para la sostenibilidad fiscal y el margen de maniobra de la política económica española ante posibles perturbaciones.

Del lado positivo, la tasa de ahorro de los hogares podría descender más de lo previsto, generando un importante impulso del consumo de las familias. Además, cabe resaltar que tanto los hogares como las empresas han mejorado su situación financiera en términos agregados.

A largo plazo, resulta inquietante el estancamiento de la inversión empresarial. Un déficit crónico de inversión plantea dudas acerca de las perspectivas de recuperación de la productividad, talón de Aquiles de la economía española.  Asimismo, el débil comportamiento de la inversión residencial, de persistir, podría constreñir la movilidad laboral, la entrada de trabajadores extranjeros, y el crecimiento potencial. 

Cuadro 1
PREVISIONES ECONÓMICAS PARA ESPAÑA, 2024-25

Tasas de variación anual en porcentaje, salvo indicación en contrario

Datos observados

Previsiones Funcas

Variación de las previsiones (a)

Media 2008-2013

Media 2014-2019

Media 2020-2022

2023

2024

2025

2024

2025

1. PIB y agregados, precios constantes
PIB-1,32,60,62,73,02,10,50,3
Consumo final hogares e ISFLSH-2,02,20,01,82,72,30,40,4
Consumo final administraciones públicas0,61,32,65,23,81,52,10,5
Formación bruta de capital fijo-7,45,0-1,02,12,22,5-0,10,0
Construcción-10,55,3-1,93,03,33,50,40,8
Equipo y otros productos -2,64,70,01,21,01,3-0,5-1,1
Exportación bienes y servicios1,84,02,52,83,32,7-0,60,3
Importación bienes y servicios -4,14,42,50,31,92,9-1,20,4
Demanda nacional (b)-3,12,60,71,72,42,00,30,3
Saldo exterior (b)1,80,00,01,00,60,10,20,0
PIB precios corrientes: - miles de mill. de euros------1498,31591,51663,7----
- % variación -0,83,43,69,16,24,50,30,2
2. Inflación, empleo y paro
Deflactor del PIB0,50,82,86,23,22,4-0,2-0,1
Deflactor del consumo de los hogares 1,70,72,95,53,02,5-0,50,0
Empleo total (Cont. Nac., p.t.e.t.c.) -3,32,31,43,22,01,6-0,20,1
Remuneración por asalariado e.t.c2,41,22,65,65,02,91,60,3
Tasa de paro (EPA, % de la pob. activa)20,218,814,512,211,610,80,40,5
3. Equilibrios financieros (porcentaje del PIB)
Tasa de ahorro nacional 19,021,922,423,723,523,40,40,1
- del cual, ahorro privado 23,023,826,424,823,623,40,20,1
Tasa de inversión nacional 21,819,621,721,020,520,60,20,1
- de la cual, inversión privada 17,917,519,018,117,517,50,20,1
Saldo cta. cte. frente al resto del mundo -2,82,30,62,73,02,90,10,1
Cap. (+) o nec. (-) de financiación de la nación-2,42,71,43,73,73,60,10,1
- Sector privado 6,66,78,47,36,86,60,00,0
- Saldo AA.PP. -9,0-4,0-7,1-3,5-3,1-3,00,00,0
Deuda pública según PDE68,7101,3114,8105,1102,3101,0-3,0-3,2
4. Otras variables
PIB Eurozona-0,21,91,00,50,71,5-0,20,1
Tasa de ahorro hogares (% de la RDB)9,37,213,612,013,712,02,92,0
Deuda bruta hogares (% de la RDB)127,7100,586,973,166,864,0-2,1-1,2
Deuda bruta consolidada soc. no financieras (% del PIB)112,284,782,565,961,758,51,21,0
EURIBOR 12 meses, % media anual1,900,010,103,863,312,50-0,30-0,60
Rendimiento deuda pública 10 años (% media anual)4,741,580,973,483,152,82-0,20-0,30

(a) Variación en puntos porcentuales entre las previsiones actuales y las anteriores.
(b) Aportación al crecimiento del PIB, en puntos porcentuales.
Fuentes: 2008-2023: INE y BE; Previsiones 2024-2025: Funcas.

Cuadro 2
PREVISIONES TRIMESTRALES PARA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
Variación en % a precios constantes, salvo indicación en contrario
Previsiones en zona sombreada       

Contrib. al crec. PIB (1)

Periodo

PIB

Consumo privado (1)

Consumo público

FBCF

Export.

Import.

Demanda nacional

Saldo exterior

Empleo (2)

Tasa de paro

20154,13,01,95,34,45,14,2-0,13,122,1
20162,92,70,92,05,42,61,91,02,719,6
20172,93,11,06,85,66,73,0-0,12,817,2
20182,41,72,16,51,73,93,0-0,61,515,3
20192,01,12,24,92,31,31,60,43,114,1
2020-10,9-12,13,5-8,9-20,1-15,1-8,8-2,2-7,115,5
20216,77,13,62,613,415,06,9-0,37,314,9
20226,24,80,63,314,37,73,92,34,113,0
20232,71,85,22,12,80,31,71,03,212,2
20243,02,73,82,23,31,92,40,62,011,6
20252,12,31,52,52,72,92,00,11,610,8
Variación trimestral, en %
Tasa de paro
2023 I0,71,21,13,91,02,30,9-0,30,913,4
II0,20,81,80,0-0,40,40,6-0,31,211,7
III0,70,81,5-0,5-1,5-1,40,70,01,011,9
IV0,70,20,61,21,61,10,50,20,611,8
2024 I0,90,51,11,11,80,70,50,40,212,3
II0,81,00,70,40,70,60,70,10,211,3
III0,70,90,70,20,80,80,70,00,611,4
IV0,60,80,50,30,80,90,60,00,411,3
2025 I0,50,40,21,10,50,50,40,00,411,7
II0,40,40,30,70,70,80,40,00,410,5
III0,40,40,30,70,70,90,40,00,410,6
IV0,40,40,30,70,50,50,40,00,410,5
Variación interanual, en %
2023 I3,91,73,41,99,01,81,22,72,7--
II2,41,06,01,71,8-1,51,11,33,0--
III2,21,46,40,30,0-1,31,60,53,3--
IV2,33,05,04,70,72,32,8-0,43,8--
2024 I2,52,35,11,91,50,72,20,33,1--
II3,12,54,02,22,60,92,40,72,1--
III3,22,63,12,95,03,22,40,81,6--
IV3,13,33,01,94,23,02,50,61,3--
2025 I2,63,12,11,92,92,82,50,21,5--
II2,22,51,72,22,83,02,10,11,7--
III1,92,01,32,72,73,11,90,01,6--
IV1,71,51,13,12,42,71,70,01,6--

(1) Contribución en puntos porcentuales al crecimiento del PIB.
(2) Puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.
Fuentes: INE y Funcas (previsiones).

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