Bankia se une al programa de Funcas para promover la educación financiera
Fecha: 5 de junio 2018
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El porcentaje supera al de países como Suecia, Alemania y Bélgica, pero es
inferior al de Grecia, Portugal e Italia
Madrid, 4 de junio de 2018.- España destina el 55% del gasto total en protección social a
la función “vejez”, que incluye las pensiones de jubilación y la provisión de bienes y
servicios (no sanitarios) para los mayores. Según Eurostat, este porcentaje supera a los
registrados en Suecia (50%), Alemania (48%), Bélgica (45%), Holanda (41%) y Dinamarca
(36%), pero se sitúa por debajo de los que arrojan otros países del sur de Europa, como
Grecia (77%), Portugal (67%) e Italia (64%). Así lo recoge Focus on Spanish Society,
publicación editada por Funcas, que matiza, no obstante, que ese 55% no refleja de forma
adecuada el gasto social destinado a los mayores en España, ya que no incluye las
pensiones de supervivencia. Esta partida de gasto social, que perciben sobre todo las
mujeres viudas de edad avanzada, es significativamente más elevada en España que en
otros países europeos.
Focus también llama la atención sobre el aumento de la preocupación por las pensiones
en España, según muestran los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Hasta el comienzo de 2018, el porcentaje de españoles que citaba las pensiones como
uno de los tres principales problemas de España era inferior al 5%. Sin embargo, a día de
hoy, ese porcentaje ha subido al 14% y, al contrario de lo que ocurría en las últimas
décadas (particularmente entre 2010 y 2017), las pensiones preocupan más que la
sanidad o la educación.
Las diferencias son sustanciales según los grupos de edad. Mientras que menos del 8% de
los encuestados menores de 55 años consideran las pensiones como uno de los tres
grandes problemas de España, ese porcentaje se eleva al 15% entre las personas de 55 a
64 años y alcanza el 28% entre los ciudadanos de 65 o más años. Para esos últimos, las
pensiones representan el segundo problema del país, tras el desempleo, aunque si se les
pregunta por los tres temas que más les preocupan personalmente, las pensiones
aparecen en primer lugar.
Más educación superior en Europa, y en España
El porcentaje de europeos de entre 30 y 34 años que han completado estudios superiores
subió cerca de 18 puntos porcentuales entre 2000 y 2017, hasta situarse en el 39,9%,
prácticamente el objetivo del 40% fijado por la Unión Europea para 2020. Con datos de
Eurostat, Focus pone de manifiesto que la proporción de mujeres en esa franja de edad
con educación universitaria era, en 2017, 10 puntos superior a la de los hombres (44,9%
frente a 34,9%), frente a la leve ventaja femenina que se registraba en 2000: 22,7% vs.
22,2%.
Los datos evidencian notables diferencias en toda Europa. Más de la mitad de las
personas de entre 30 y 34 años en Lituania, Chipre, Luxemburgo y Suecia habían
completado estudios superiores en 2017, mientras que en Italia y Rumanía ese porcentaje
se quedaba en el 26,9% y el 26,3%, respectivamente. España, con un 41,2%, ocupa el
puesto 17 de este ranking.
Aunque España supera el objetivo conjunto para la Unión Europea, aún está casi tres
puntos por debajo del establecido en su día para el país (44%), si bien parece probable
que lo alcance en 2020. Mención especial merecen las diferencias de género, muy
significativas: en 2017, el 47,5% de las españolas de entre 30 y 34 años había completado
educación universitaria, casi 13 puntos más que los hombres (34,8%). Esta brecha en
favor de la mujer apenas era de 2,5 puntos en el año 2000 (30,4% vs. 27,9%).
La educación superior correlaciona directamente con la tasa de empleo. En todos los
países europeos, el porcentaje de personas de entre 30 y 34 años empleadas con estudios
universitarios completos supera al de personas con la misma edad y menor nivel de
educación. Pese a todo, la importancia de este indicador debe ser relativizada. Por
ejemplo, Alemania, la primera economía de la UE y quinta del mundo según el Informe
Global de Competitividad (2017-2018) del Foro Económico Mundial, registraba en 2017 un
34% de personas de entre 30 y 34 años con estudios superiores (siete puntos menos que
España), sin apenas diferencias entre hombres (33,8%) y mujeres (34,2%).