Pagos digitales y economía sumergida

Desde diversos ámbitos se ha venido argumentado que uno de los potenciales beneficios que conlleva la adopción de los pagos digitales es la posibilidad de que reduzcan el peso de la economía sumergida. Un estudio del Banco de Pagos Internacionales de Basilea (BIS, por sus siglas en inglés) indica que un mayor uso de los pagos digitales está relacionado con una menor relevancia de la economía sumergida. 

Como muestra el gráfico superior, basado en datos de 157 países, parece existir cierta correlación negativa entre el grado de uso de los medios de pago digitales y la proliferación de actividades económicas al amparo de la economía sumergida o informal. Se observa que aquellos países en los que un elevado porcentaje de población paga con medios digitales tienen, al mismo tiempo, menores porcentajes de economía sumergida.

Aunque correlación no implica causalidad, estos datos parecen aportar indicios acerca del papel que puede jugar la digitalización y modernización de los pagos. En cualquier caso, lo que parece claro es estos instrumentos digitales ayudan a mejorar la supervisión por parte de los poderes públicos de las transacciones económicas. Así, aunque el efectivo siga manteniendo su vigencia, la adopción de estos nuevos medios de pago podría ayudar a que la recaudación de impuestos, la aplicación de la ley y la protección social sean más efectivas.