La transición verde de la criptoindustria

La transición verde de la criptoindustria

ODF – Funcas 36 / 2022

Fecha: 18 mayo 2022

Uno de los principales retos de la industria de los criptoactivos consiste en reducir su huella de carbono. El objetivo es desprenderse del estigma de monedas cuyo minado tienen un alto consumo energético. Están surgiendo nuevas alternativas que emplean protocolos menos intensivos en energía con el fin de compatibilizar el universo cripto con la reducción de emisiones contaminantes. En cualquier caso, aunque existen esfuerzos en este ámbito, como se reconoce en la propia industria, no es una tarea sencilla.

Como numerosos estudios han puesto de manifiesto, el minado de los criptoactivos es una de las actividades más contaminantes. Por ejemplo, solo para ejecutar una transacción de bitcoin se necesitan más de 2264 kilovatios-hora (kWh) de electricidad, suficiente para hervir 1500 teteras. De hecho, el consumo de energía de bitcoin supera el consumo nacional de países como Finlandia, con una población de 5,5 millones de habitantes[1].

A medida que cada más inversores valoran las opciones “verdes”, crece la presión para que la industria aborde un salto en su propia transición energética. La criptoindustria reconoce que las elevadas cifras de consumo eléctrico dañan su reputación.

De ahí que se esté empezando a adoptar medidas para lograr un ecosistema neutro con respecto al medioambiente. Se están desarrollando  nuevos protocolos  blockchain capaces de migrar a sistemas de validación que consuman menos energía. Uno de estos proyectos está siendo liderado por Ethereum. Su objetivo es pasar del protocolo PoW (Proof of Work) al PoS (Proof of Stake), lo que podría reducir su consumo total de energía en un 99,95%.[2] Por otra parte, organizaciones como Crypto Climate Accord están trabajando para lograr que todas las cadenas de blockchain funcionen con energía renovable para 2025. Se pretende, incluso, que para 2040 la criptoindustria alcance las cero emisiones netas.

En cualquier caso, esta transición no es sencilla.  Parte del problema es la naturaleza descentralizada de las criptomonedas. Promover los protocolos PoS supondría renunciar a parte de esa descentralización, ya que la validación en ese sistema no se produce por parte de todos los participantes de la red, sino solo por algunos seleccionados aleatoriamente. Un reciente informe ha evidenciado que la mayor parte de los usuarios de bitcoin consideran que una menor descentralización, a cambio de un menor consumo energético, no es una solución aceptable para ellos[3]. Será preciso superar esa resistencia hacia los sistemas PoS o desarrollar otras soluciones que permitan compatibilizar una elevada descentralización de la cadena de bloques con un reducido consumo energético.


[1] Bitcoin Uses More Electricity Than Many Countries. How Is That Possible? New York Times. 3 septiembre 2021. https://www.nytimes.com/interactive/2021/09/03/climate/bitcoin-carbon-footprint-electricity.html

[2] Ethereum Closes In on Long-Sought Fix to Cut Energy Use Over 99%. Bloomberg. 23 mayo 2021. https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-05-23/ethereum-closes-in-on-long-sought-fix-to-cut-energy-use-over-99

[3] How do we solve bitcoin’s carbon problem? The Guardian. 30 enero 2022. https://www.theguardian.com/technology/2022/jan/30/how-do-we-solve-bitcoins-carbon-problem

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