La escalada que supone la entrada de EE. UU, en la guerra entre Irán e Israel supone un golpe para la economía mundial y, por supuesto, para la española. Los efectos más evidentes se pueden dar en la inflación, por la subida de los precios los carburantes y también del gas —que en nuestro país se emplea en una parte significativa de la producción de electricidad—, así como en el crecimiento, por la caída del consumo de los hogares. También los bancos centrales pueden pausar la senda de reducción de los tipos de interés a la espera de un entorno geopolítico de menor tensión. Raymond Torres, de Funcas, señala que el precio del petróleo podría llegar hasta los 150 euros por barril en el hipotético, aunque en este momento no tan probable, escenario de cierre del estrecho de Ormuz.