CUADERNOS DE INFORMACIÓN ECONÓMICA #307
Una integración europea de la industria de defensa podría aumentar la producción un 22% sin elevar el gasto
Fecha: 17 julio 2025
- Aprovechar economías de escala y mejorar la autonomía estratégica paliaría la fragmentación del mercado, que supone un coste de oportunidad estimado en 46.000 millones de euros
- A pesar del crecimiento económico, uno de cada tres hogares españoles percibe un empeoramiento de su situación desde 2019, debido sobre todo al aumento de precios e impuestos, con especial incidencia entre jóvenes y clases medias
Madrid, 17/07/2025 | La industria europea de defensa afronta un desafío estructural: su fragmentación limita gravemente el aprovechamiento de economías de escala, encarece la producción y frena la capacidad de respuesta ante amenazas de alta intensidad. La idea, contenida en el último número de Cuadernos de Información Económica, publicación editada por Funcas, es recogida en el artículo de Miguel Ángel González Simón, que plantea, a partir del rango de diferentes estimaciones recientes de diversas fuentes, una propuesta ambiciosa pero cuantitativamente fundamentada: una mayor integración del mercado de defensa de la UE permitiría aumentar la producción industrial un 22% sin necesidad de incrementar el gasto total, lo que equivaldría a 46.000 millones de euros adicionales.
El autor demuestra que una organización más eficiente y colaborativa del gasto en innovación podría movilizar las capacidades industriales hacia una estructura productiva más competitiva y resiliente. Aunque los países con mayor capacidad industrial concentrarían los beneficios absolutos, todos los Estados miembros se verían favorecidos por una especialización más eficaz y cadenas de valor europeas más sólidas. No obstante, el informe advierte que este potencial requiere superar importantes barreras políticas, financieras y de gobernanza, y plantea la necesidad de diseñar mecanismos de compensación para asegurar una distribución equitativa de los beneficios. En definitiva, el estudio constituye una llamada rigurosa a repensar la estrategia industrial de defensa europea como pieza clave para fortalecer la autonomía estratégica del continente en un contexto geopolítico cada vez más exigente.
En el contexto puramente español y muy referido a la diferencia entre percepciones sobre el estado de la economía e indicadores reales, el artículo de María Miyar y Desiderio Romero-Jordán examina la distancia entre los datos macro y la percepción ciudadana. A pesar del crecimiento del PIB y la creación de empleo, un tercio de los hogares considera que su situación ha empeorado desde 2019. El aumento de precios y de impuestos se sitúa en el centro de este malestar, con mayor incidencia entre los jóvenes, las familias con hijos y rentas medias. El trabajo, basado en una encuesta representativa, evidencia cómo las percepciones están mediadas por factores ideológicos, generacionales y territoriales, lo que obliga a repensar cómo se comunica y cómo se ejecuta la política económica.
En este volumen también se analiza la situación financiera de las familias y empresas españolas. Los hogares españoles han mejorado su capacidad para absorber subidas de tipos, aunque esa resistencia se verá limitada si no se recupera el dinamismo inversor del tejido empresarial. Mientras los hogares han aumentado su renta disponible y su tasa de ahorro hasta el 13,6%, las empresas no financieras muestran una rentabilidad decreciente y un retroceso en la inversión. En su análisis, Mª Jesús Fernández detecta un patrón pospandemia ya consolidado: hogares más fuertes, empresas más cautas con rentabilidad e inversión rezagadas, y concluye que lo que ha caracterizado el comportamiento de los hogares en los últimos dos años ha sido la contención del gasto en un contexto de crecimiento de la renta y cuentas saneadas, lo que ha impulsado el ahorro.
El artículo "Mejorando la educación financiera de los adolescentes: vías cognitivas, estructurales y situacionales", publicado por el Área Financiera y Digitalización de Funcas, usa datos del programa PISA de la OCDE (que mide el rendimiento en una escala con media 500 y donde 400 marca el umbral mínimo de competencia). El análisis muestra que los estudiantes con bajo rendimiento en matemáticas y lectura pierden en promedio 58 puntos en la prueba de cultura financiera; aquellos de contextos socioeconómicos desfavorecidos, 41 puntos; y los que no han recibido formación financiera en casa ni en la escuela, 24 puntos. Para poner estas cifras en contexto: una diferencia de 40 puntos equivale aproximadamente a un año de escolarización, y los alumnos que acumulan las tres desventajas pueden llegar a perder hasta 100 puntos, lo que los sitúa muy por debajo del nivel funcional mínimo.
Pero el estudio también aporta un mensaje positivo: recibir educación financiera formal en la escuela se asocia con una ganancia de 30 puntos PISA, suficiente para compensar la desventaja situacional. Por ello, se recomienda incorporar esta materia al currículo obligatorio, integrarla con matemáticas y lectura, y acompañarla de políticas que aborden también las causas sociales de fondo. La conclusión es clara: invertir en educación financiera escolar no solo mejora el conocimiento individual, sino que es una herramienta eficaz para reducir desigualdades y construir una ciudadanía más preparada para los desafíos económicos del siglo XXI.
Este número de Cuadernos de Información Económica también incluye los artículos:
Activos y pasivos de las sociedades no financieras en España en el Euro: intensificación de capital y variación del endeudamiento
Vicente Salas
El próximo reto del BCE: La política monetaria en la era de la incertidumbre
Erik Jones
Crédito revolving en España y Europa: inclusión financiera, riesgos y transparencia
Aitana Bryant, Ángel Berges y Juana María Periago
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María Alvarado y Nieves Carrera
Desaparición de la prima bancaria frente al crédito no financiero
Juan Jesús García Curtit, Salvador Jiménez y Javier Pino