Los crímenes se dan cuando una serie de factores y condiciones convergen en el tiempo y en el espacio. Las medidas que se diseñen y apliquen para combatirlos han de combinar idealmente los principios de enfoque, equilibrio y equidad, concentrando esfuerzos en determinadas zonas urbanas y personas, utilizando estrategias que ponderen la prevención y castigo, y generando la percepción de que las intervenciones estatales son proporcionadas y, en consecuencia, legítimas.