María Jesús Fernández explica que los efectos de la guerra en Ucrania han llevado a revisar a la baja las previsiones de crecimiento para 2022 y 2023. Este año, el alza de la inflación causará una reducción del poder adquisitivo de los consumidores y de los márgenes empresariales. Aún así, existen elementos positivos –el ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia, los fondos europeos y la recuperación del turismo internacional— que habrá que tener en cuenta. La economista sénior de Funcas precisa que las previsiones están muy condicionadas por una serie de factores y sujetas a un alto grado de incertidumbre por la situación geopolítica.