El BCE ha activado recientemente la fase de preparación del euro digital, que durará dos años y que puede culminar con la decisión definitiva sobre su puesta en marcha. Su puesta en circulación no supondría la desaparición del efectivo y cuenta con la garantía de la autoridad monetaria. Santiago Carbó, de Funcas, cree que la clave de su posible éxito, más allá de las ventajas apuntadas por el propio BCE —eficacia, seguridad e inclusión financiera—, residirá en la experiencia de uso por los ciudadanos.