¿Cómo desarrollar hábitos financieros saludables?
ODF – Educación financiera 6 / 2022
Fecha: 28 de mayo de 2022
Una parte básica de la educación financiera pasa por conocer cuáles son los hábitos financieros saludables, aquellos que permiten un adecuado equilibrio entre rentabilidad y riesgo. A pesar de ser en muchas ocasiones cuestiones básicas, muchos consumidores desconocen las principales reglas para garantizar una adecuada gestión de las finanzas personales.
Las autoridades y las entidades financieras están haciendo un esfuerzo por identificar algunas de las pautas básicas de comportamiento para garantizar una adecuada gestión patrimonial. Destacan las siguientes recomendaciones:
- Elaboración de un presupuesto: tener una relación clara de los ingresos y de los gastos es una de las prácticas que permite mejorar la utilización de los recursos económicos. Para ello, se pueden incluso clasificar los gastos en categorías como educación, vivienda, diversión y transporte, entre otros. Todo ello ayuda a conocer a qué se está destinando el ahorro.
- Establecimiento de metas financieras: Establecer objetivos financieros es el primer paso para un diseño inversor responsable. Dichos objetivos tienen que ser realistas y estar ajustados al presupuesto personal o familiar.
- Pago de las facturas y/o deudas en tiempo y forma: Resulta muy conveniente planificar qué parte del presupuesto mensual se destina a hacer frente a las deudas contraídas. El retraso en su pago puede puede generar intereses de demora o multas, lo cual dificulta hacerles frente y la cualificación para futuras operaciones de financiación.
- Planificación de gastos e ingresos: cuando sea posible, conviene identificar los ingresos y gastos previsibles, bien sean en el corto plazo, tales como compras corrientes, o en el largo plazo, como gastos de educación
- Invertir responsablemente: No debe invertirse en productos financieros que se desconozcan o que lleven asociado un riesgo difícil de determinar. Especialmente, es conveniente no invertir en productos de riesgo con los recursos que se consideran necesarios para hacer frente a las obligaciones cotidianas.
En muchos casos, las aplicaciones de las entidades bancarias pueden ser un aliado para desarrollar estos hábitos financieros saludables. Muchas permiten a los usuarios ordenar sus gastos por tipología. Además, cada vez más apps permiten establecer una meta de ahorro y proporcionan al usuario un conjunto de pautas para lograr el objetivo que se hayan marcado.