Manual de Economía Española
Fecha: octubre 2022
María José Moral Rincón con la colaboración de Orencio Vázquez y Fernando Pampillón
Sumario
En junio de 2015, ya tuve la satisfacción de prologar el libro de Economía Española que escribieron María José Moral y Fernando Pampillón. En ese prólogo, que se añade a continuación, expuse las características de esa obra y sus virtudes. En síntesis, recalcaba la utilidad de disponer de una revisión completa rigurosa, aunque de lectura no excesivamente compleja, sobre Economía Española que independientemente de su utilidad inmediata como material básico para la docencia, tiene a mi juicio un claro atractivo para los interesados en una información detallada sobre la economía española desde una perspectiva sectorial e institucional.
En 2022, aparece este Manual de Economía Española en el que ratifico todas esas apreciaciones y, al mismo tiempo, me satisface comprobar que se ha asumido el esfuerzo de actualizar la obra conservando su estructura y orientación didáctica. Un reto que constituye una exigencia para evitar el prematuro envejecimiento de todo texto sobre la realidad social.
La economía de cualquier país, y España no es una excepción, es una realidad dinámica. Va evolucionando más rápidamente en unos aspectos que en otros y,
por tanto, requiere actualización periódica en su descripción y análisis. Por ello, se incorporan los efectos de los cambios acontecidos en este periodo en la economía española. Y, en ese sentido, detecto modificaciones en tres dimensiones que serán en lo que ahora me centre, ya que el comentario de la estructura de la obra anterior sigue totalmente vigente, por lo que también se añade.
En primer lugar, en 2014, la situación económica de base era la de una economía en recuperación tras la grave crisis que asoló a las economías occidentales entre la segunda mitad de 2008 y 2014. En esta ocasión la etapa de referencia abarca un segmento de recuperación que tiene lugar entre 2014 y 2019, si bien en los dos últimos años se aprecia una cierta desaceleración de la actividad con un segmento de crisis profunda debido a los efectos de la pandemia por el COVID-19 que produjeron una intensa recesión de la que la economía española aún no se ha recuperado plenamente. Además, cuando parecía que el sistema económico podría haber acentuado la recuperación ha venido a coincidir con la cruenta campaña bélica entre Rusia y Ucrania, generando unos problemas de abastecimiento sobre todo de productos energéticos. Los efectos finales de este nuevo reto aún no los conocemos, pero ya se están dejando sentir en la inflación, cuyos últimos datos y previsiones apuntan a niveles que ya parecían olvidados y que condicionará de forma intensa las políticas fiscal y monetaria en un panorama global de recesión.
Una segunda modificación importante es la relativa a la corrección de erratas y a la nueva redacción de algunos pasajes del libro. El periodo de utilización docente como texto de base en la Universidad ha permitido ir recopilando las sugerencias y peticiones aclaratorias de los alumnos que son, en definitiva, los destinatarios fundamentales del texto. En este sentido, la mejora en diferentes capítulos otorga un sello de veteranía.
En un orden distinto, la tercera dimensión que marca la diferencia es que la práctica totalidad de la autoría corresponde a la profesora del Departamento de
Economía Aplicada de la UNED, Maria José Moral, que con su habitual capacidad ha abordado minuciosamente la tarea de evaluación de la realidad económica más reciente. Además, se ha incorporado la colaboración del profesor Orencio Vázquez que se hace cargo, junto con Fernando Pampillón, del capítulo X dedicado al sistema financiero español.
Concluyo esta “puesta al día” del prólogo dando, de nuevo, la bienvenida a este Manual de Economía Española y destacando que no es –como a la antigua usanza– una edición “corregida y aumentada” sino una versión completamente actualizada que plantea las nuevas características de la situación de la economía española, aunque eso sí con el mismo ánimo y objetivo de prestar un servicio útil a los estudiosos de la economía española. Sospecho –y deseo– que el reto de revisión periódica de esta obra adquiere aún mayor vigencia a la vista del difícil panorama que nos espera según todas las previsiones e indicios de los que hoy disponemos.
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A finales del siglo XX, la economía española experimentó un intenso desarrollo que la situó entre las economías más prósperas, produciéndose este proceso en un tiempo reducido en comparación con otros países cercanos. La crisis iniciada en 2008, denominada la Gran Recesión, impuso cambios estructurales en los mercados y también en el comportamiento de los agentes que sentaron las bases para una nueva etapa de crecimiento. En 2020 comenzó la pandemia por el COVID-19 que colapsó las economías. Se paralizó la actividad no esencial y el comercio internacional, poniendo fin a la expansión iniciada en 2014. Los efectos económicos negativos tardarán todavía algún tiempo en superarse, pero es cierto que debido a que la causa fue sanitaria (no económica) y a que se han implementado importantes medidas de recuperación, la vuelta a los niveles económicos prepandemia están siendo más rápidos de lo que lo fueron en la anterior crisis financiera de 2008.
Este capítulo realiza un breve repaso histórico de cómo se ha llegado a una economía desarrollada y plenamente integrada en la Unión Europea (UE). Así, se describen las transformaciones económicas y sociales vividas en las últimas décadas, que posteriormente se irán desgranando a lo largo de los siguientes capítulos. Seguidamente, se examinan los ciclos económicos que ha atravesado la economía española mediante el comportamiento de las variables macroeconómicas fundamentales: el PIB y el empleo.
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La globalización ha producido cambios significativos en las relaciones internacionales que se pueden resumir en un proceso generalizado de apertura, un menor proteccionismo y una mayor libertad de movimientos de capitales. En Europa se asistió a la consolidación del Mercado Común cuya mayor expresión fue la creación de la Unión Económica y Monetaria con una moneda común, el euro. En este tiempo la economía española se ha convertido en una de las economías desarrolladas más abiertas del mundo con un incremento de las relaciones con el exterior sin precedentes. Este capítulo se dedica a estudiar este proceso.
En primer lugar, se examina la convergencia de la economía española en relación con los países de su entorno desde 1970. Para ello, se emplea el indicador sigma-convergencia.
La segunda parte del capítulo se centra en los flujos monetarios derivados de las relaciones internacionales. Primero se realiza una breve discusión sobre la influencia de la globalización en el registro de las operaciones económicas y financieras internacionales en la balanza de pagos (BP). Se continúa con el estudio de la balanza básica y la balanza financiera, para cerrar este análisis de los flujos de ingresos y pagos internacionales con la posición de inversión internacional (PII). Por último, se estudia la estructura del comercio exterior desde el punto de vista de las ventajas comparativas y la especialización de las exportaciones, así como la concentración geográfica de las operaciones comerciales.
Con este capítulo se inicia el bloque dedicado al estudio de los factores de producción de la economía española. En concreto, se aborda el estudio de la población y la distribución de la renta.
El estudio de la población es crucial para entender la actividad económica porque representa la dotación y la calidad de capital humano y también porque influye indirectamente a través de las necesidades que genera en el Estado de bienestar. Por todo ello, se revisa su evolución y su distribución territorial, por edades (con especial atención al envejecimiento) y por nivel educativo. Este bloque se complementa con el análisis de la inmigración dada la relevancia social y económica que tiene este fenómeno en la última década.
La segunda parte del capítulo se dedica al estudio de la distribución de la renta en España, constatando la extraordinaria y persistente dispersión entre las comunidades autónomas. La pandemia por el COVID-19 ha provocado una reestructuración en el ranking de las regiones según el PIB per cápita debido a que el impacto negativo más fuerte se ha dado en el turismo y, hasta ahora, este sector había sido muy resiliente en las recesiones pasadas.
Se cierra este capítulo con un repaso a diferentes indicadores que miden el bienestar económico y social del país como el índice de Gini y el Indicador de Desarrollo Humano. Estos indicadores ofrecen un panorama similar si bien es cierto que incorporan cuestiones a tener en cuenta en los estudios económicos.
En este capítulo se continúa con el estudio de los factores de producción en la economía española. Conocer y comprender cómo ha sido el proceso de acumulación de capital es crucial para entender algunas de las fortalezas del crecimiento de la economía española, pero también para detectar las debilidades que persisten.
En primer lugar, se realiza una revisión de largo plazo de la inversión en capital durante los últimos cincuenta años en los que se ha pasado de una economía poco desarrollada a una economía plenamente desarrollada. Aunque se identifican algunos puntos frágiles que explican que la economía española haya soportado efectos bastante más negativos en la Gran Recesión que en otros países de su entorno, también se observa en la expansión posterior que la inversión se ha recuperado a un ritmo intenso. En esta sección también se examina la distribución de los flujos de inversión según los activos que componen la formación bruta de capital fijo.
En segundo lugar, se aborda el análisis de la dotación de capital físico desde un punto de vista territorial. Esto evidencia importantes diferencias que condicionan los resultados económicos alcanzados.
En tercer lugar, se presenta una comparación con el patrón de inversión en Europa, comprobándose que ya es muy similar. También se compara con Alemania la distribución de la formación bruta de capital fijo entre activos.
Por último, se apuntan algunas reflexiones sobre el patrón de inversión. Aunque el fuerte retroceso de los flujos de FCBF durante la Gran Recesión provocaron una mayor necesidad para cubrir la depreciación; es cierto, que el ajuste estuvo acompañado de una reestructuración de componentes. Este fenómeno nos sitúa más en línea con el patrón de inversión de países europeos con niveles de productividad elevados.
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La innovación es el pilar fundamental del crecimiento económico y de la mejora del bienestar social. Tener una ventaja comparativa en recursos naturales o en algún factor de producción no garantiza un nivel de desarrollo y de crecimiento adecuados. La globalización económica, basada en el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha convertido a la innovación en el motor de la economía. Los avances tecnológicos, cada vez más rápidos e intensos, han provocado una drástica reducción en el ciclo de vida de los productos. Esto obliga a los productores a adoptar estrategias muy agresivas en la diferenciación del producto para incorporar las novedades que aparecen en los mercados y satisfacer las necesidades y los cambios en las preferencias de los consumidores. Por otra parte, la sociedad está más concienciada sobre la necesidad de innovar como medio para mantener un desarrollo sostenible, por lo que no se cuestiona que el modelo económico debe basarse en el conocimiento. Por todo ello, la tecnología y los procesos innovadores han pasado a ser un factor prioritario de estímulo del crecimiento en las economías desarrolladas a pesar de que, como se analizará en este capítulo, a veces no se apoye adecuadamente.
En la primera parte del capítulo se introducen los conceptos básicos que definen las actividades innovadoras y los indicadores que registran dichas actividades. En segundo lugar, se examina la evolución del sistema de ciencia, tecnología e innovación español en las dos últimas décadas. Desde esta perspectiva temporal, se revisa la posición española en el contexto internacional, la participación de los agentes económicos (públicos y privados) involucrados, así como la situación de cada comunidad autónoma. Por último, se analiza el comportamiento de cada agente del sistema de innovación español.
El estudio de la innovación en España pone de manifiesto la persistencia de importantes debilidades que son imprescindibles atacar si se quiere mantener el nivel económico actual. Se debe impulsar la búsqueda de innovaciones que permitan un modelo productivo competitivo, más ahora que la economía ha sufrido un shock sin precedentes.
En este capítulo se analizan el sector primario y el energético que, aunque presentan una contribución pequeña al PIB español, son primordiales.
El sector primario es estratégico en cuanto al abastecimiento de alimentos y materias primas básicas para el desarrollo de la actividad socioeconómica, tal y como se ha puesto de manifiesto con la pandemia. Por ello, ningún país desarrollado desatiende su sector agrario. En cualquier caso, el crecimiento económico ha generado cambios estructurales significativos en el sector primario que se observan a través de sus variables macroeconómicas fundamentales: VAB, empleo, productividad y renta agraria.
En el segundo apartado se estudia el sector energético en España que, aunque se incluye en la industria, por su naturaleza estratégica justifica un análisis específico. El sector energético interviene transversalmente en todos los sectores económicos, por ello, condiciona la competitividad y los resultados del conjunto de la actividad económica. La especialización productiva pone de manifiesto el problema de dependencia energética inherente en la economía española. Por ello, uno de los objetivos de la política energética es la reducción de la intensidad energética y la transición energética hacia la descarbonización.
En el primer bloque del capítulo se analiza la industria que incluye el sector energético, las manufacturas e industrias extractivas, abastecimiento de agua y gestión de residuos. El sector industrial es crucial para las economías por varias razones entre las que cabe destacar que ha demostrado ser más resiliente en las últimas crisis, ofrece un empleo de mayor calidad y es un sector intensivo en innovación.
La exposición se inicia describiendo la trayectoria temporal del sector, para dar paso al examen de las principales variables macroeconómicas (VAB, empleo y productividad), lo que permite identificar las fortalezas y las debilidades que persisten. En segundo lugar, se exploran los determinantes de la competitividad tanto desde una vertiente interna (a través de las características estructurales) como desde una vertiente externa (a través de los condicionantes del entorno y la política industrial). Por último, se analiza el sector de la construcción que mostró una fortísima expansión a comienzos del siglo XXI por la burbuja inmobiliaria a la que siguió un colapso incluso mayor en 2009. Desde 2015 ha cambiado la tendencia y presenta un crecimiento estable que debería mantenerse lento para no volver a caer en la sobredimensión alcanzada en 2007.
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En este capítulo se estudia el sector terciario de la economía española a través de la evolución de las principales variables económicas. Para entender su comportamiento agregado se identifican las actividades económicas que lo integran, comprobando que existe una fuerte heterogeneidad. El otro punto crucial en el sector de servicios es la (des)regulación que intenta mejorar y liberalizar las condiciones en las que se ofrecen los servicios.
En la segunda parte del capítulo se estudia más en detalle la principal actividad de servicios: el turismo. La relevancia del turismo en la economía española es clave no solo por su aportación al PIB y al empleo, sino también por su contribución en la financiación del déficit comercial.
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El mercado laboral español presenta una serie de peculiaridades que son precisas entender en sus orígenes para comprender su dinámica dentro del ciclo económico español. Identificar los problemas es el paso previo para poder evaluar los retos pendientes y las posibles alternativas de actuación.
En primer lugar, se presentan las características intrínsecas del mercado de trabajo en España a través del estudio de las principales magnitudes que lo definen: la población activa, el empleo y el desempleo. El mercado de trabajo español presenta rasgos diferentes a otros países cercanos, por lo que este análisis descriptivo realiza una comparación con la evolución seguida en los 19 países de la zona del euro. En concreto, la economía española se caracteriza por una tasa de paro muy elevada y, en la mayoría de las ocasiones, muy superior a la media europea. En este sentido, se comprueba que la aplicación de los ERTE durante la pandemia ha evitado llegar a tasas de desempleo tan elevadas como se observaron en la anterior crisis de 2008.
La fuente estadística primordial que se utiliza para el estudio del mercado de trabajo español es la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE. Como su propio nombre indica se trata de una encuesta, pero su representatividad es muy buena, incluso, a nivel de provincia. De hecho, es el punto de referencia que toma Eurostat para los datos armonizados del mercado de trabajo español, tanto por sus buenas propiedades como por su extensa información sobre variables relevantes. También existen otras fuentes específicas sobre el mercado laboral español como el número de afiliados a la seguridad social, los desempleados registrados en el INEM o la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) que realiza el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. A nivel agregado sectorial también se puede utilizar la Contabilidad Nacional de España, tal y como se ha venido haciendo en los capítulos anteriores. Esto, sin embargo, tiene la desventaja de no ofrecer información sobre el trabajador o la empresa.
En la segunda parte del capítulo se revisan las reformas desarrolladas en la normativa que rige las relaciones laborales en España, desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores hasta la última reforma laboral aprobada el 28 de diciembre de A lo largo de la exposición de esta normativa se pone el foco de atención en los tipos de contratos, la protección del trabajador cuando se rescinde el contrato y la negociación colectiva, entre otros aspectos.
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Este tema ofrece una visión sintética del sistema financiero español desde dos de las tres ópticas en las que en la actualidad se estudian los sistemas financieros. La primera mediante el análisis de los flujos de financiación que se intercambian entre los sectores, lo que permite conocer quiénes son los prestamistas y los prestatarios, las cuantías de las operaciones que se realizan y los instrumentos utilizados para movilizar esas corrientes financieras. La segunda óptica fija su atención en la estructura organizativa de los órganos encargados de elaborar la regulación financiera y de los que tienen como misión supervisar y controlar todo el soporte institucional, en los intermediarios que operan en ellos y las principales magnitudes y tendencias en cada uno de los subsistemas: el crediticio, valores y seguros.
También se aborda la transformación que está experimentando el sistema financiero con la irrupción de nuevos intermediarios favorecidos por el desarrollo tecnológico y la reestructuración del sistema bancario acontecida desde 2008.
Por otro lado, se estudian brevemente los efectos de la pandemia provocada por la COVID-19, que irrumpe en Europa en el primer trimestre de 2020, y que supone una ruptura en la tendencia económica y financiera, y viene acompañada de un conjunto de medidas de política fiscal, monetaria y financiera, así como una relajación en las normas de solvencia de carácter excepcional que han perseguido mitigar los efectos económicos provocados por la pandemia. Los bancos españoles afrontan la crisis provocada por la pandemia y las incertidumbres derivadas de las tensiones inflacionistas y la guerra en Ucrania en una mejor posición que en 2007, en gran medida fruto de los cambios regulatorios introducidos a raíz de la crisis financiera global y del proceso de saneamiento de balances y el aumento de las ratios de solvencia y de liquidez.
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En las economías desarrolladas, el sector público representa un peso muy relevante cuantitativamente. Así, debido a la situación de emergencia creada en 2020 por la pandemia, el gasto público en la Unión Europea (27 países) ha alcanzado el 53,1 % del PIB; si bien en 2019 se situó en el 46,5 %. Pero también es relevante la actuación del Estado a través del gasto público porque incorpora inversión pública que estimula el crecimiento del sector privado. Este gasto público sirve para garantizar el Estado de Bienestar como proveedor de servicios básicos a la población en educación, sanidad y protección social; además de ser el garante del mantenimiento del orden establecido a través de la seguridad y la justicia. Como contrapartida, los agentes (hogares y empresas) deben pagan impuestos y tasas que permitan financiar dicho gasto.
Este tema tiene por objeto estudiar el papel del sector público en la economía española. Para ello, se examina su actividad financiera desde el punto de vista del gasto público y de los ingresos, así como de las principales variables asociadas: el déficit público y la deuda pública. Además, para evaluar la importancia del sector público, se presenta un análisis comparado con la actividad del sector público en la Unión Europea.
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