Pocas certezas hay sobre la evolución de la inflación en 2023, más allá de que se espera una leve moderación respecto a la registrada el pasado año. Los alimentos elaborados serán uno de los componentes del IPC que mantengan las tasas más elevadas, de manera que la inflación subyacente posiblemente registre un lento descenso, aunque no es previsible que baje del 4% en todo el ejercicio. A pesar de que el IPC general puede bajar hasta el verano, el repunte que indican los futuros en los precios del gas para la segunda mitad del año podría presionar al alza la inflación en ese período.