El emprendimiento social como conector de la red para atacar la pobreza energética

El emprendimiento social como conector de la red para atacar la pobreza energética

Fecha: junio 2023

Emprendimiento social, Pobreza energética, Redes sociales, Inclusividad, Puente, Conexión/coordinación, Transición sostenible.

María José Manjón Rodríguez*, Amparo Merino de Diego** e Iain Cairns***

Papeles de Energía, N.º 21 (junio 2023)

Este artículo presenta un resumen de una parte de la tesis doctoral de María José Manjón, realizada en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ICADE) y como colaboración desde el ámbito de empresariales a la investigación interdisciplinar de la Cátedra de Energía y Pobreza, en el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT), dentro de la Universidad Pontificia Comillas.

El objeto de esta investigación se enmarca en el territorio del emprendimiento social en el contexto de la pobreza energética en Europa. El interés en los temas de innovación y emprendimiento sociales dentro del campo de las ciencias sociales de la energía para proporcionar soluciones parciales para abordar la pobreza energética es cada vez mayor. La empresa social como institución, con la diversidad de formas y fines específicos que puede adoptar, posee una naturaleza híbrida integradora de múltiples lógicas, lo que le convierte en un espacio potencialmente productivo para construir respuestas a la vulnerabilidad energética desde la necesaria multiplicidad de perspectivas que la complejidad del problema requiere. Esta naturaleza compleja del ecosistema de la pobreza nos invita a centrarnos en la dimensión colectiva del emprendimiento social (Montgomery, Dacin y Dacin, 2012), junto con su orientación a coordinar capacidades y recursos desplegados a través de la red de actores (Dacin, Dacin y Tracey, 2011) involucrados en el fenómeno de la pobreza energética. Es decir, podemos observar el emprendimiento social como una experiencia de innovación y transformación social desde una visión holística y comprensiva de múltiples lentes, superadores de enfoques de la pobreza energética eminentemente técnicos y económicos.

El objetivo de este trabajo es enriquecer la comprensión de los mecanismos en juego en la red de pobreza energética a través del fenómeno del emprendimiento social colectivo. Para ello, se utilizará una metodología cualitativa de análisis de narrativas de emprendedores sociales del ámbito europeo, cuya misión está relacionada con el problema de la pobreza energética. Desde un enfoque metodológico basado en la fenomenología hermenéutica, recogemos las experiencias vividas por los emprendedores sociales dentro de la red de actores de pobreza energética y analizamos los significados atribuidos a esas experiencias. Nuestros resultados muestran la diversidad de experiencias híbridas en emprendimiento social (Dufays y Huybrechts, 2016) que, con la aspiración a transformaciones sistémicas como fondo, pueden enfatizar su rol para ofrecer soluciones a través del mercado o a través del movimiento social. Sin embargo, por encima de este doble énfasis, destacan las narrativas que podemos denominar “puente”, en la medida en que ponen el foco en la conexión, desplegando una diversidad de formas que las empresas sociales pueden adoptar, con implicaciones relevantes para facilitar una actividad sinérgica de todos los actores de la red que contribuya a acelerar la transición energética justa. Los resultados de esta investigación se unen a la conversación del área de las ciencias sociales de la energía que demandan perspectivas multiactor del estudio de la pobreza energética (Sovacool, 2014). En este sentido, ofrece una respuesta específicamente a la demanda de estudios sobre el fenómeno de la empresa social dentro de la pobreza energética, contribuyendo con una perspectiva experiencial de los propios protagonistas de empresas sociales sobre el papel de este actor dentro de la red de la pobreza energética.

1.  INTRODUCCIÓN

El camino hacia la transición energética con bajas emisiones de carbono supone un reto para la inclusión de los hogares vulnerables desde el punto de vista energético, una cuestión de creciente interés, especialmente en Europa (Hiteva y Sovacool, 2017). La pobreza energética se refiere a la dificultad o incapacidad de un hogar para mantener unas condiciones de temperatura adecuadas y otros servicios energéticos domésticos esenciales (Bouzarovski y Petrova, 2015). Se estima que afecta a más de 37 millones de personas en Europa, como señala el informe más reciente del Observatorio de la Pobreza Energética de la UE (EPOV) (Bouzarovski et al., 2020). La epidemia de la COVID-19 influyó fuertemente en la expansión de la pobreza energética. La guerra, los conflictos y los riesgos geopolíticos afectan a la falta de fuentes de energía. Por lo tanto, es probable que esta cifra aumente (Sovacool, del Rio, y Griffiths, 2020). Si no se aborda adecuadamente a través de una estrategia intentada y coordinada por todos los actores, un número más significativo de personas vulnerables también se verá afectado por la pobreza energética.

El objetivo de esta introducción es presentar la justificación de la tesis doctoral, articular los objetivos y las preguntas de la investigación y proporcionar una visión general de la estructura de la tesis.

1.1.   La pobreza energética es un problema complejo que requiere un enfoque multiactor

La pobreza energética es un campo en rápido movimiento en Europa, con puntos de vista cada vez más diversificados de todo el espectro académico (Thomson, Bouzarovski y Snell, 2017; Thomson y Bouzarovski, 2018). La pobreza energética se ha atribuido principalmente a la tríada formada por la insuficiencia de ingresos, los altos precios de la energía y la ineficiencia energética de la vivienda (Bouzarovski, 2018; González-Eguino, 2015). Sin embargo, otros enfoques consideran que esta delimitación es incompleta porque no tiene en cuenta aquellas causas de carácter más humano (Boni et al., 2016).

Aunque no existe una definición universalmente aceptada de la pobreza energética, se reconoce ampliamente que los servicios energéticos, como la calefacción, la refrigeración o el enfriamiento de los alimentos, son necesarios para la salud de las personas y para permitir su participación efectiva en la sociedad (Bosch et al., 2019; Bouzarovski y Simcock, 2017; Day, Walker y Simcock, 2016). De las diferentes definiciones, preferimos un enfoque más amplio y global de la pobreza energética que no diferencie entre el Norte y el Sur Global: “la pobreza energética es la dificultad o incapacidad de un hogar para mantener unas condiciones de temperatura adecuadas y otros servicios domésticos energéticos esenciales a un precio razonable” (Bouzarovski y Petrova, 2015). Desde el reconocimiento de que no puede existir un método único sin establecer una definición clara y datos precisos sobre el problema, la necesidad de una definición general de la pobreza energética es un reto, y se necesita una forma bien organizada y cuantificable de medirla y supervisarla en todos los Estados miembros europeos (Bouzarovski, Petrova y Sarlamanov, 2012). Insistimos en las dificultades de hacer y seguir políticas orientadas a los consumidores más vulnerables (Barrella et al., 2021). La pobreza energética ha abordado tres debates centrales diferentes pero interrelacionados que se resumen en tres aspectos dominantes: (i) la variedad de causas y definiciones, (ii) los enfoques cuantitativos predominantes para analizar el problema y (iii) la diversidad de indicadores.

En primer lugar, se está investigando la diversidad de causas de la pobreza energética (González-Eguino, 2015), con las consiguientes múltiples definiciones que incluyen tales causas (Thomson, Bouzarovski y Snell, 2017). Si la definición del problema no es sencilla, la combinación de limitaciones puede hacer las cosas algo más complejas. Entender las conexiones entre esos dos objetivos interrelacionados de los investigadores es complejo porque requiere una comprensión más profunda de los múltiples espacios alternativos de respuesta más allá de los actores tradicionales que los investigadores en pobreza energética (Bouzarovski y Petrova, 2015; Day, Walker y Simcock, 2016; Grossmann et al., 2021; Middlemiss y Gillard, 2015) han examinado a través de los conceptos de servicios energéticos, precariedad y capacidades, ofreciendo más elementos para el análisis de las dinámicas sociopolíticas que conforman las experiencias de pobreza energética.

Estos estudios sociológicos marcan un cambio significativo en la comprensión de la pobreza energética. Bouzarovski y Petrova (2015) han recurrido al concepto de servicios energéticos para dar a conocer los beneficios que las personas obtienen del uso de la energía, como la movilidad, la iluminación, la cocina, etc., en lugar de la energía en sí. Estos enfoques teóricos reconocen que la pobreza energética doméstica solamente se entiende plenamente si se observan los múltiples servicios energéticos y sus interconexiones, así como si se toma la perspectiva más allá de los diferentes actores (Middlemiss et al., 2019; Middlemiss y Gillard, 2015).

En segundo lugar, observamos la dominancia de la epistemología positivista en el sector energético. Los problemas sociales requieren medir e interpretar los significados, las experiencias y las explicaciones subyacentes (Czarniawska, 2004; Yanow, 2000), especialmente en el territorio de la ciencia social de la energía (Grossmann et al., 2021; Middlemiss et al., 2019; Sovacool, 2014; Sovacool, Axsen y Sorrell, 2018). Por lo tanto, el enfoque epistemológico de esta tesis es interpretativo, en contraposición al enfoque tradicional positivista de la investigación energética que busca relaciones causales (Frigo, 2017). Una perspectiva limitada hacia la necesidad de medir el problema ha llevado a enfatizar solamente los elementos más objetivables y menos en las experiencias o la percepción del fenómeno que algunos otros estudiosos destacan, como las capacidades y habilidades en perspectivas más holísticas, colectivas e híbridas (Day, Walker y Simcock, 2016). Esta vertiente de la investigación existente prioriza la relevancia de la diversidad de experiencias de la pobreza energética por parte de las personas que la sufren y de las diferentes personas que trabajan en ella.

En tercer lugar, el énfasis en indicadores unidimensionales para medir la pobreza es insuficiente para comprender las implicaciones del problema en la vida de una persona. Las soluciones simples o menos estructuradas, como el bono eléctrico, son soluciones unidimensionales a corto plazo que no integran todas las necesidades del individuo (Barrella et al., 2021). Según Cadaval, Regueiro y Calvo (2022), el “bono social eléctrico” no mitiga la pobreza energética, pero ayuda a identificar “nuevas tipologías de viviendas vulnerables”.

Las nuevas publicaciones subrayan cómo las necesidades energéticas sustentan muchas de las “funciones” que permiten a las personas tener una calidad de vida (mínimamente) decente (Bouzarovski y Petrova, 2015). Al final, la búsqueda de indicadores unidimensionales a indicadores más multidimensionales y sofisticados para la medición de la pobreza energética no es suficiente, principalmente debido a su incapacidad para captar la variedad de realidades que experimenta cada individuo, como las particularidades personales, de vivienda y climáticas. La investigación que capta la diversidad humana es un reto crítico que los investigadores de la energía están incorporando a sus agendas para reflejar la diversidad y complejidad de la pobreza energética, no sólo de forma estadística sino también a través de la comprensión. Sin embargo, las soluciones más estructurales y holísticas pueden hacer hincapié en el enfoque de las capacidades de la pobreza energética y las relaciones sociales en lugar de la disponibilidad de energía (Middlemiss et al., 2019).

La pobreza energética es un problema complicado que no tiene una solución única y que requiere un enfoque multiactor (Elia y Margherita, 2018a; Waddock et al., 2015). Dada su naturaleza sistémica, multidimensional y frecuentemente invisible, la complejidad de la pobreza energética requiere la participación coordinada de múltiples actores interrelacionados a través de intervenciones complejas (van Tulder y Keen, 2018). Sin embargo, las investigaciones anteriores han pasado por alto principalmente este enfoque de actores múltiples. Los problemas estructurales implican la participación de múltiples actores de individuos conectados que dan respuestas multifacéticas y no están aislados unos de otros. Por lo tanto, los enfoques colectivos pueden ser relevantes a la hora de abordar la pobreza energética (Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018a; Montgomery, Dacin y Dacin, 2012) y están ganando cada vez más interés académico.

Este enfoque colectivo sugiere un creciente interés en la red formada por los diferentes actores del ecosistema de la pobreza energética. Una variedad de actores, como gobiernos, reguladores, empresas privadas (desde pequeñas y grandes empresas hasta Organizaciones No Gubernamentales (ONG), u organizaciones de la sociedad civil (incluyendo asociaciones de consumidores y movimientos sociales) están, de forma consciente o no, formando esta red de pobreza energética (Bouzarovski et al., 2020). Diferentes actores con diferentes funciones dan respuestas variadas a la pobreza energética, pero hay pruebas de que la red de pobreza energética es emergente y fragmentada.

1.2.   Un actor inexplorado en la red de pobreza energética: el emprendedor social

Este estudio profundiza en un enfoque multidimensional y multiactor a través del papel del emprendimiento social en una red de pobreza energética fragmentada. Las dos vertientes de la literatura sobre el emprendimiento social y la pobreza energética rara vez se han puesto en conversación directa entre sí. Sólo hay unos pocos ejemplos que ponen de relieve la relevancia del emprendimiento social en la literatura sobre la pobreza energética (Hewitt et al., 2019; Hillman, Axon y Morrissey, 2018; Hiteva y Sovacool, 2017), y sólo unos pocos estudios de casos han abordado parcialmente la referida intersección (Boerenfijn et al., 2018; Sahakian y Dobigny, 2019; Webb, 2015).

La naturaleza híbrida del emprendimiento social combina la lógica institucional de formas colectivas sin precedente (Battilana y Dorado, 2010) con una misión social en un formato empresarial (Dacin, Dacin y Tracey, 2011; Elia y Margherita, 2018; Mato-Santiso y Rey-García, 2019; Mitzinneck y Besharov, 2019; Montgomery, Dacin y Dacin, 2012). Los rasgos híbridos y colectivos pueden posicionar a este actor como un conector, también debido a su capacidad de agencia, señalando un papel potencial en la interacción con los otros actores dominantes de la red (Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020; Huybrechts y Haugh, 2018a; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018a; Picciotti, 2017). La naturaleza híbrida dota a los emprendedores sociales de diversas habilidades que pueden ser útiles como funciones de puente y facilitadores para ofrecer soluciones multiparte en diferentes idiomas. Sin embargo, la literatura rara vez investiga esta necesidad de coordinación.

La oportunidad de examinar el papel del emprendedor social en la red de pobreza energética puede proporcionar varias respuestas al subrayar la naturaleza colectiva del emprendimiento social, en particular sus capacidades híbridas que se revelarían a través de su agencia intermediaria. La literatura de pobreza energética no conceptualiza suficientemente dos temas: la actividad del emprendimiento social cuya misión es abordar la pobreza energética; y cómo la conciencia del problema y el compromiso del emprendimiento social con la consecución de los objetivos sociales es relevante para la transformación sistémica (Dawson y Daniel, 2010; Gupta et al., 2020).

En la literatura de pobreza energética se busca la comprensión del significado del problema, subrayando la relevancia de entender las experiencias vividas por el emprendimiento social en el campo (Bouzarovski et al., 2020; Butler y Sherriff, 2017; Grossmann et al., 2021; Middlemiss y Gillard, 2015). Los enfoques cualitativos orientados a la vida de las personas justifican que los investigadores se preocupen cada vez más por medir e identificar la vulnerabilidad (Barrella et al., 2021; Hills, 2011; Kyprianou et al., 2019; Sovacool y Mukherjee, 2011; Thomson, 2020; Thomson y Bouzarovski, 2018). Sin embargo, la elaboración y seguimiento de las políticas públicas destinadas a los consumidores más vulnerables sigue siendo un reto, así como el uso de mediciones más cualitativas de las experiencias de los citados consumidores.

Esta tesis propone el uso de métodos de investigación interpretativa para captar las percepciones de otros actores como los emprendedores sociales que actúan en pobreza energética, lo que puede permitir a los investigadores comprender e integrar los valores, creencias y sentimientos con un enfoque más humano en un mundo social formado por múltiples y diferentes lecturas (Dawson y Daniel, 2010). El estudio del emprendimiento social es relevante porque la pobreza energética exige respuestas de los múltiples actores implicados en la red de pobreza energética, que puede entenderse como un conjunto de entidades o individuos interconectados (Bouzarovski et al., 2020; Littlewood y Khan, 2018) mediante la instrumentación de cualquier tipo de actividad encaminada a la superación de la pobreza energética.

De forma consciente o no, todos los actores forman esta red de pobreza energética en un proceso dinámico (Bouzarovski et al., 2020). Los actores de la red tienen un objetivo común: reducir o erradicar la pobreza energética desde diferentes perspectivas. Además, no existen grandes espacios formales o informales donde estos actores puedan actuar de forma coordinada. Están proliferando espacios de intervención desde perspectivas de red y comunitarias que realizan acción de impacto social, cuyos referentes serían la Alianza contra la Pobreza Energética (APE), la Asociación Ciencias Ambientales (ACA), la Fundación Ecodes, Ashoka (Ashoka y Schneider Electric Foundation, 2019), y otros espacios comunitarios energéticos (Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020, 2022; Campos y Marín- González, 2020; Huybrechts y Haugh, 2018). Ya que los “otros”, los diferentes actores en la red parece que hablan un idioma diferente (Jonas, 2016), la búsqueda de cohesión dentro de la red puede contribuir a consolidar la legitimación de las organizaciones híbridas en audiencias plurales de campo (Huybrechts y Haugh, 2018a; Martí, Bolíbar y Lozares, 2017).

1.3.   La adaptabilidad híbrida del emprendedor social es necesaria para entender el contexto de la pobreza energética

La hibridación es crucial para los problemas complejos que requieren respuestas en varias escalas de múltiples niveles y actores (Geels, 2002, 2019). El emprendimiento social pretende abordar los problemas sociales adoptando un enfoque no empresarial con diferentes dimensiones dentro de la red (Mair y Martí, 2006). Sin embargo, hemos encontrado poca investigación sobre cómo y por qué actúa el emprendedor social y sólo unos pocos enfoques de innovación social sobre la pobreza energética son objeto de análisis por parte de los académicos (Boerenfijn et al., 2018; Campos y Marín-González, 2020; Hanke y Lowitzsch, 2020a; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018). Algunos estudiosos destacaron que las competencias híbridas son apropiadas para estudiar contextos humanos específicos, como la pobreza energética, que tienen una naturaleza plural y diversa (Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020; Huybrechts y Haugh, 2018), pero también se enfrentan a algunos retos debido a ese carácter híbrido (Battilana y Dorado, 2010).

La investigación sobre el emprendimiento social llama la atención sobre el arraigo local del mismo y sobre cómo el emprendimiento social sólo puede entenderse en su contexto (Sengupta y Lehtimäki, 2022). Los investigadores de la pobreza energética señalan que la elección de estudiar las dimensiones humanas en la pobreza energética está relacionada con las cuidadosas interpretaciones que se requieren cuando se examinan diferentes contextos (Grossmann et al., 2021).

Por lo anterior, subrayamos el contexto geográfico vinculado al estudio de la pobreza energética. Dentro de los límites geográficos europeos de esta tesis, se dan diversas situaciones desde perspectivas multinivel y multiactor (Gibson-Graham, 2008). Es relevante contextualizar el caso de esta tesis en el marco de la geografía europea debido principalmente a la separación de líneas de estudio entre el acceso a la energía en el Sur Global y la pobreza energética en el Norte Global. Algunos investigadores parten de una perspectiva geográfica en los estudios energéticos (Bouzarovski y Simcock, 2017). Las disparidades geográficas influyen en gran medida en el riesgo y la incidencia de la privación energética doméstica como un componente vital de la justicia energética y de ver cómo surgen las injusticias en diferentes contextos geográficos. Esta perspectiva geográfica es esencial a la hora de iluminar las desigualdades sociomateriales que conducen a una exposición espacialmente desigual a la pobreza energética (Aristondo y Onaindia, 2018; Robinson, 2019; Sahakian y Dobigny, 2019).

La pobreza energética se manifiesta en una diversidad de contextos. El arraigo local es un elemento central en torno al cual gira la importancia del contexto espacial de la empresa social. Comprender el arraigo de cada situación social exige que surjan habilidades híbridas especiales al tratar la pobreza energética: la vulnerabilidad. El concepto de vulnerabilidad no es aparente, sino que es una realidad sistémica y a menudo oculta (Butler y Sherriff, 2017; Hall, Hards y Bulkeley, 2013). Es un concepto más amplio que el de pobreza energética. Se refleja en muchas situaciones diferentes; en todos los casos, no tiene por qué ocurrir. No es una cuestión de suerte (destino). Los estudiosos y los profesionales deben escuchar a las personas que la sufren y trabajar para ofrecer soluciones más adecuadas (Creutzfeldt, McPherson y Cornelis, 2020). El enfoque multiactor puede ayudar a identificar y superar la vulnerabilidad a través de la agencia potencial de cada actor, complementando la agencia de los otros actores en una acción multinivel corresponsable (Bouzarovski et al., 2020).

Por último, nos gustaría destacar que el emprendimiento social es un concepto que puede entenderse vinculado a organizaciones híbridas con una misión social para satisfacer necesidades sociales (Dacin, Dacin y Tracey, 2011; Dacin, Dacin y Matear, 2010; Hiteva y Sovacool, 2017; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018). El emprendimiento social está conectado con “empresa social” (Nandan, London y Bent-Goodley, 2015), que podrían no ser actores poderosos que permanecen como actores de nicho. Sin embargo, podrían ser actores que ejercen un tipo de poder diferente en formas alternativas (Tulder, 2018). Para ilustrar esta idea, ofrecemos una definición de emprendimiento social que sugiere la idea de hibridez.

Una definición práctica de empresa social
Una empresa social es una forma dinámica, ética y sostenible de hacer negocios que tiene un impacto positivo en las comunidades y marca la diferencia para las personas, el medio ambiente y la economía. Las empresas sociales son negocios que operan en muchos mercados vendiendo bienes o servicios a los consumidores, a otras empresas y organizaciones, al gobierno y al sector público. Su objetivo es ser financieramente sostenibles, reinvirtiendo el 100 % de sus beneficios en su objetivo social, medioambiental o económico. Además, tienen activos bloqueados, lo que significa que todos los activos y beneficios están bloqueados en la organización y no pueden ser distribuidos para beneficio privado (The Pocket Guide to Glasgow Social Enterprise Network, Editor Ed Harts, 2018).

1.4.   La función de intermediación en la red de pobreza energética está limitadamente valorada

La literatura sobre la pobreza energética prescinde del estudio de la red de actores en este campo. El cometido de algunos actores en la integración y el refuerzo de la red emergente y fragmentada está poco estudiado (Bouzarovski, 2018). Los aspectos estructurales y multidimensionales de la pobreza energética que van más allá de las circunstancias individuales también exigen respuestas de los múltiples actores que participan en la red de pobreza energética (Bouzarovski et al., 2020), que puede entenderse como un grupo de entidades o individuos interconectados (Littlewood y Khan, 2018) a través de la implementación de cualquier tipo de actividad dirigida a la mitigación de la pobreza energética. Una variedad de actores como gobiernos, reguladores, empresas privadas (desde pequeñas y grandes empresas hasta ONG, u organizaciones de la sociedad civil (incluyendo asociaciones de consumidores y movimientos sociales), de forma consciente o no, están actualmente formando esta red de pobreza energética.

Una red coordinada bajo una aspiración común o un interés mutuo para minimizar la pobreza energética puede proporcionar (i) respuestas más eficaces y (formal o informalmente) conectadas a la pobreza energética y (ii) reforzar la relación entre los miembros mejor que las iniciativas desarrolladas por actores aislados (Huybrechts y Haugh, 2018). Los actores que forman la red tienen un objetivo común para mitigar o erradicar la pobreza energética desde diferentes perspectivas. Las redes sociales son instrumentales para perseguir estas perspectivas divergentes de la comunidad vulnerable (abordando objetivos sociales, económicos y ambientales); por lo tanto, tienen el potencial de ayudar a implementar intervenciones multiactor y multinivel para abordar la pobreza energética (Nathwani y Kammen, 2019).

Aunque la red de pobreza energética existe nominalmente mientras sus miembros trabajan por separado en el problema, en la práctica, la red está fragmentada, descoordinada y es desconocida para los supuestos miembros. En otras palabras, la red de pobreza energética carece de “cohesión”, medida como el grado de interconexión entre un grupo de nodos (Guyet, 2018; Webb, 2015). Además, los actores varían en sus capacidades y objetivos. Esto crea problemas, desde la asimetría de información que caracteriza al sector energético (Joskow, 2007; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018), hasta el uso de diferentes lenguajes por parte de cada actor, especialmente los activistas y las corporaciones principales (Campos y Marín-González, 2020) o la falta de identificación y claridad en el rol de cada miembro de la red de pobreza energética. Estas diferencias provocan la necesidad de coordinación y capacidad de intermediación (Smith, 2007). La red puede ser una herramienta eficaz para aliviar la pobreza energética donde todas las voces pueden expresar sus opiniones y propuestas (Bale et al., 2013; Webb, 2015).

Prestando atención a la red, observamos cómo el fenómeno del emprendimiento social genera capacidades de intermediación que pueden ser una alternativa para conectar a diferentes actores, entender la vulnerabilidad energética y permitir la integración en red (Hess, 2018). Esta perspectiva de red se aborda ligeramente al examinar la experiencia colectiva de los innovadores y emprendedores sociales en materia de pobreza energética, considerando su naturaleza híbrida (Huybrechts y Haugh, 2018). La naturaleza híbrida del emprendimiento social (Dacin, Dacin y Tracey, 2011; Dacin, Dacin y Matear, 2010; Gupta et al., 2020) hace que haya una variedad de recursos, habilidades y perspectivas que pueden desempeñar un papel crucial en el desarrollo de respuestas en red a la pobreza energética a través de más espacios para las intervenciones que surgen en la interacción deliberada y no deliberada (Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018). La naturaleza colectiva del problema de pobreza energética requiere la participación coordinada de actores interrelacionados. A pesar de los esfuerzos de algunas partes interesadas, ni las políticas gubernamentales, ni la sociedad civil, ni las ONG, ni el sector privado (empresas de servicios públicos, pequeños emprendedores o innovadores sociales) han encontrado todavía así la clave para minimizar el problema.

El interés por los temas de innovación y emprendimiento sociales dentro de las ciencias sociales de la energía para proporcionar soluciones parciales para abordar la pobreza energética está aumentando (Hiteva y Sovacool, 2017; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018; Sovacool, 2014). Una empresa social podría ser un espacio productivo para construir respuestas integradoras a la vulnerabilidad energética y coordinar y aprovechar los recursos en toda la red de pobreza energética (Huybrechts y Haugh, 2018; Mato-Santiso y Rey-García, 2019; Mitzinneck y Besharov, 2019; Montgomery, Dacin y Dacin, 2012).

Consideramos el emprendimiento social como una experiencia de innovación y transformación social frente al fenómeno de naturaleza de red que define la pobreza energética. Reconocemos el enfoque integrador de la dimensión colectiva que se incrusta en el emprendimiento social (Montgomery, Dacin y Dacin, 2012; Picciotti, 2017). Desde esta perspectiva, también tenemos en cuenta las críticas al emprendimiento social, así como las tensiones y retos del emprendimiento social para abordar los vacíos del sistema (Dey,Walker y Simcock, 2016; Dey y Steyaert, 2018; Mitzinneck y Besharov, 2019). La intención no es idealizar a las empresas sociales, descartando todas las controversias y elementos que desafían la intermediación en la red de pobreza energética, ni tener la última palabra con una única solución. Por el contrario, pretendemos llamar la atención sobre aquellos actores de la pobreza energética cuyas narrativas pueden tener más capacidad de coordinación.

1.5.   La figura emergente del emprendimiento social en la transición energética justa que aborda los problemas energéticos sociales

Esta investigación se enmarca en el contexto de la transición energética justa. En la literatura sobre la transición, el aspecto social de la innovación solía quedar oculto tras la agenda técnica y la competencia empresarial (Dawson y Daniel, 2010). Sin embargo, una comprensión completa de las dimensiones sociales de la pobreza energética en el marco de las transiciones se está convirtiendo en un paso previo para luego poder contribuir teóricamente a enfatizar la coordinación efectiva por parte del emprendedor social híbrido colectivo para abordar dicho problema (Moulaert, 2019). La lógica del emprendimiento social en la transición enmarca las misiones sociales, la agencia, el empoderamiento y la proximidad a las comunidades vulnerables (Hanke y Lowitzsch, 2020b; Pareja-Cano, Valor y Bernito, 2020).

La transición requiere experimentación, dinamismo y flexibilidad que los emprendedores sociales pueden proporcionar si adquieren más influencia y roles relevantes (Hockerts y Wüstenhagen, 2010; Huybrechts y Haugh, 2018).

Reconocemos cierta literatura existente sobre el emprendimiento social en la pobreza energética (Ashoka and Schneider Electric Foundation, 2019). Destacamos el impacto del programa de Ashoka y la Fundación Schneider Electric para apoyar las innovaciones sociales en la pobreza energética en Europa. Tales programas muestran que la realidad del fenómeno de la innovación social está ocurriendo más intensamente de lo que se informa en la literatura (Hoppe y de Vries, 2019). En el Norte global, el número de personas vulnerables a la energía está aumentando a pesar del creciente número de intervenciones privadas y de terceros (Kyprianou et al., 2019).

Además, los estudiosos del emprendimiento social y de la transición reconocen que el emprendimiento social sigue siendo un nicho que no se ha expandido a nivel de escala pero que tiene un gran potencial como negocio no habitual (Hockerts y Wüstenhagen, 2010; Schot y Geels, 2008; Vasquez-Delsolar y Merino, 2021). Destacan las conversaciones sobre la agencia de actores de nicho, como los intraemprendedores sociales, en la interacción dentro de las empresas energéticas tradicionales. Este nicho emergente de intraemprendedores sociales en las empresas energéticas también está poco estudiado.

La creciente atención a la literatura sobre la transición influye profundamente en esta investigación y en la transversalidad de sus vínculos más fuertes para establecer líneas de investigación sobre el emprendimiento social (Köhler et al., 2019; Markard, Raven y Truffer, 2012). La perspectiva multinivel en la teoría de la transición (Geels, 2019) es uno de los principales anclajes de esta tesis y proporciona una nueva lente para el desarrollo de nichos y la reorientación de los titulares de las empresas energéticas (Geels, 2021; Hockerts y Wüstenhagen, 2010; Schot y Geels, 2008; Smith, 2007; Smith y Raven, 2012; Sovacool et al., 2020; Turnheim y Sovacool, 2020).

La literatura de transiciones no es objeto de esta investigación. Sin embargo, es relevante ya que proporciona un contexto más amplio sobre cómo el emprendimiento social puede desempeñar un papel más relevante en las fases posteriores de la transición energética inclusiva. La presencia generalizada de iniciativas de innovación social con una misión única (o indirecta) de abordar el problema de los hogares con carencias energéticas puede desarrollarse en la transición justa, asignando un papel relevante al emprendimiento social. Para ilustrar la contextualización de la transición energética en la tesis, exponemos los elementos de esta investigación a través del enunciado de la tesis en la figura 1.

La figura 1 ilustra cómo la transición energética justa, que forma parte de la transición hacia la sostenibilidad, afecta directamente a la contextualización de los diferentes elementos de esta tesis. El enunciado de la tesis indica la formulación del tema y el ámbito geográfico (la pobreza energética en la transición europea), centrándose en un actor: en primer lugar, a través de la narrativa híbrida y colectiva de un actor poco estudiado (el emprendimiento social). Y en segundo lugar, a través de un enfoque organizativo de los departamentos de puente y frontera para implementar el cambio en las corporaciones lideradas por emprendedores sociales (el Departamento de Energía Social) debidamente legitimado por el marco de la justicia energética con la perspectiva de la red (justicia energética y red) para resaltar las posibilidades de una interacción productiva entre los actores de nicho y de régimen.

2.  PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

Las preguntas que sustentan esta investigación surgieron del diseño intencional del proyecto de investigación y del trabajo de campo. Los objetivos de la investigación y las preguntas específicas de la misma se cristalizan con el tiempo. Por ello, planteamos la siguiente pregunta de investigación 1 (RQ1) “¿Cuál es el papel de los emprendedores sociales y las empresas en la red de pobreza energética?”. Esta RQ1 es relativamente amplia, y cada una de las preguntas posteriores es más específica. Aunque las preguntas de investigación se han abordado directamente en las conclusiones y la discusión del proyecto en un enfoque circular (Laverty, 2003), han funcionado como dispositivos de encuadre para los resultados que surgieron naturalmente del enfoque exploratorio del campo.

Para abordar las preguntas de investigación, se formularon varias RQ subordinadas que se incluyen en el cuadro 1 a continuación, en la que se esboza el imperativo teórico para formular la pregunta y el lugar en el que se abordan en la tesis. En cada caso, el imperativo teórico se derivó de los hallazgos que surgieron del trabajo de campo y de las lagunas en la literatura existente. Dado que el debate académico que responde a las preguntas de investigación está repartido en varias publicaciones, es necesario indicar dónde se abordan estas preguntas de investigación.

3.   ESTRUCTURA Y CONTRIBUCIONES DE LA TESIS: DESCUBRIR LAS CONEXIONES ENTRE UN ACTOR INEXPLORADO CON EL PAPEL POTENCIAL DE PUENTE DE LA RED DE POBREZA ENERGÉTICA

Los emprendedores sociales y la red están poco estudiados en el ámbito de la pobreza energética. Uno de los retos de la transición energética justa es la inclusión de los hogares energéticos vulnerables. A pesar de la importancia del tema, el emprendimiento social se ha centrado parcialmente en la intervención en la pobreza energética, lo ha hecho de forma aislada y con pocas historias de éxito visibles en la lucha contra la pobreza energética. La falta de estudios sobre el emprendimiento social en la pobreza energética justifica la atención de la revisión sistemática de la literatura (capítulo 2) a la intersección del emprendimiento social en la pobreza energética (Boerenfijn et al., 2018; Hiteva y Sovacool, 2017; Loorbach y Rotmans, 2010; Lupi et al., 2021; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018).

Este trabajo descubre que el fenómeno del emprendimiento social tiene un papel potencial de conectar a los actores en la red a través de su experiencia directa en el campo y dentro de las grandes corporaciones energéticas. El ámbito poco investigado de este actor inexplorado plantea la necesidad de entender la experiencia del emprendimiento social dentro de la red de pobreza energética por su condición híbrida (Bale et al., 2013; Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020; Dufays y Huybrechts, 2012; Gupta et al., 2020). La narrativa del emprendedor social hacia la red de pobreza energética es objeto de análisis (capítulo 3). Por último, destacamos la necesidad de la coordinación y las capacidades de intermediación de los intraemprendedores sociales (A. Smith, 2007) en otro escenario: la corporación energética. Una de las vías de los estudios sobre la transición subraya que las innovaciones radicales de base con mayor potencial de transformación sólo conducirán a la transición sostenible si atraen a los actores principales (Geels, 2021; Turnheim y Sovacool, 2020). Las capacidades de intermediación del intraemprendimiento social se extienden más allá en los conceptos del contexto de la teoría de los actores discutidos en los capítulos anteriores, examinando cómo se configura una innovación organizativa concreta, un departamento de intraemprendimiento social, en una corporación energética. Se examina principalmente cómo se discute la influencia de las partes interesadas mediante la aplicación de la saliencia y la legitimidad de las partes interesadas (Mitchell, Agle y Wood, 1997; Parmar et al., 2010).

El modelo implementa y explora teóricamente la alineación a través de la intermediación de los emprendedores sociales cuando se conectan las comunidades energéticas vulnerables y el negocio tradicional para transformar el mapa de las partes interesadas de las corporaciones energéticas potencialmente. El capítulo 4 examina cómo se produce la innovación en el intraemprendimiento social en relación con los actores y la acción que interactúan con los contextos sociales construidos institucionalmente. De este modo, se refiere a un aspecto fundamental del emprendimiento social que recibe muy poca atención en la literatura. Además, comienza a formar una base teórica para el proceso a través del cual las empresas sociales pueden convertirse en actores relevantes en la red de pobreza energética. La figura 2. indica la estructura de la tesis, las dos publicaciones y el mapa de los resultados del proyecto de investigación. El núcleo de la tesis es el papel de las redes puente por el actor inexplorado del emprendimiento social en la pobreza energética.

Cada capítulo tiene un significado para el conjunto de la obra. El propósito de la figura 2 es ayudar a enriquecer la integración de los capítulos con el papel de cada artículo en el conjunto de la tesis y marcar los elementos principales de cada uno de los capítulos reflejados en la tesis. El contexto y los fundamentos teóricos se identifican en la revisión sistemática de la literatura y se desarrollan en dos focos conectados por las características de hibridación intermedia del emprendimiento social en los niveles narrativos dentro de la red de pobreza energética y en el espacio de la corporación para tender un puente con la idea de los intraemprendedores sociales para reorientar la corriente principal hacia la minimización de la pobreza energética. No obstante, la referida clasificación de las aportaciones de cada publicación (capítulo 5) al conjunto no pretende ser única ni exhaustiva y orientar a los lectores. Cada obra en sí tiene sus antecedentes, su análisis, su método y su contribución. Cada una contribuye de alguna manera porque cada respuesta a un objetivo cumple una función en cada parte de la tesis.

Los antecedentes teóricos fundamentales de esta tesis, la metodología de investigación, los resultados y la discusión se reparten en tres artículos. En la figura 2 se esboza cómo estas publicaciones contribuyen al conjunto de la tesis y cómo aportan colectivamente estos elementos esenciales. Cada pieza es el componente principal de un capítulo correspondiente a una publicación, y cada una va acompañada de una introducción para garantizar la coherencia lineal. A la hora de abordar el problema, el hilo de la investigación se guía por la función de conexión del emprendimiento social en la red de pobreza energética. Desde este punto de partida, examinamos la literatura sobre la intersección de la pobreza energética y el emprendimiento social, destacando los principales temas que guiarán la investigación: el marco de las capacidades energéticas, la necesidad de hibridación y la perspectiva de red. A continuación, teorizamos examinando la narrativa de los emprendedores sociales que perciben el fenómeno de la red del emprendimiento social en la pobreza energética para desentrañar el papel de puente del emprendimiento social. Finalmente, se hace un acercamiento a una interacción particular, que permite trascender la lógica de la confrontación y el conflicto para proponer espacios de intercambio colaborativo, desde la ruptura de fronteras, y sin perder de vista la dimensión híbrida y colectiva del emprendimiento social a través de la dimensión del intraemprendimiento social dentro de un departamento de frontera en las corporaciones energéticas.

El apartado 3.1 está dedicado a la visión general de las relaciones entre las partes de la tesis y a una breve introducción de sus objetivos y contribuciones al conjunto. La relación entre los tres elementos se capta a través de la esencia de cada uno y, sobre todo, de cómo se vinculan. El hilo conductor es una conexión lógica y lineal que comienza con una revisión bibliográfica para identificar las cuestiones críticas y las necesidades de investigación.

3.1.   Visualización: conectando puntos de dos cuerpos de literatura separados: el emprendimiento social y la pobreza energética

Las principales líneas de pensamiento dentro de la pobreza energética que podrían ofrecer perspectivas sobre el enfoque multiactor de la pobreza energética se han dejado en gran medida sin explorar. Se ha prestado poca atención a las ideas del emprendedor social sobre la pobreza energética. Esta sección resume la preocupación central de la tesis por el emprendimiento social en la pobreza energética y establece el contexto para los temas de investigación identificados y abordados a través de sus páginas. Una importante literatura ha examinado los temas de la pobreza energética, con intervenciones críticas que utilizan los conceptos de vulnerabilidad energética, precariedad y capacidades, destacando el desarrollo del enfoque basado en las capacidades para entender la privación energética (Dey y Steyaert, 2018; Kalt et al., 2019; Middlemiss et al., 2019; Middlemiss y Gillard, 2015). Este trabajo facilita la comprensión de la pobreza energética como un fenómeno complejo y multifacético, al tiempo que se centra en los servicios energéticos y las conexiones entre la energía y las necesidades humanas. Como enfoque de la pobreza energética, tiene un atractivo esencial debido al potencial que tiene para comprometerse con las complejidades de las experiencias vividas y las múltiples intersecciones que las conforman.

Además, un conjunto de trabajos igualmente amplio ha examinado el emprendimiento social centrándose en la importancia del capital social y las redes (Gupta et al., 2020; Mair y Martí, 2006). Aunque estos dos importantes trabajos de la literatura se cruzan ocasionalmente, rara vez se han puesto en conversación directa entre ellos. El examen del estado del arte diferencia varios temas del emprendimiento social en la pobreza energética, comprometiéndose con ideas que abarcan más de cuatro áreas, principalmente las relativas a los marcos teóricos, los rasgos que caracterizan el emprendimiento social como la colectividad, la hibridación, la comunidad y la red. Al hacerlo, puede contribuir a las fronteras de la investigación sobre la pobreza energética y responde a las llamadas de la erudición sobre la pobreza energética que ponen de relieve la limitada atención prestada a la innovación social dentro de dicho territorio (Hiteva y Sovacool, 2017; Sovacool, 2014).

La investigación parte de una revisión sistemática de la literatura que explora las publicaciones más relevantes sobre la intersección entre la pobreza energética y el emprendimiento social en los países desarrollados para identificar las principales cuestiones abordadas y las barreras e impulsores que deben activar los emprendedores sociales. Los esfuerzos para abordar la complejidad de la pobreza energética por parte de diferentes actores parecen insuficientes (Waddock et al., 2015). La intersección de dominios de otras disciplinas es cada vez más relevante en la ciencia social de la energía (Sovacool, 2014, 2016; Sovacool y Geels, 2016). Los emprendedores sociales tienen la misión de resolver problemas sociales y podrían ser actores atractivos para ser examinados como un espacio potencial para abordar la pobreza energética (Gupta et al., 2020).

El emprendimiento y la innovación social proporcionan un espacio productivo para la construcción de respuestas a la vulnerabilidad energética en un enfoque no exclusivo de múltiples actores (Geels, 2002, 2014, 2021; Wigren-Kristofersen et al., 2019). Este es un ejemplo de cómo la ciencia social de la energía necesita más investigación sobre temas interdisciplinarios para conectar discusiones más holísticas y completas (Sovacool, 2014) a través de la conexión de los estudiosos de la pobreza energética y la innovación social. Se realiza una revisión sistemática de la literatura sobre la intersección de la pobreza energética, la innovación y el emprendimiento social para evaluar teóricamente el estado de la investigación e identificar los principales conceptos en conjunto. Al examinar estas dos áreas, la literatura revela la necesidad de enfoques colectivos e híbridos, entre otros temas. Los resultados muestran el potencial del emprendimiento social para aportar valor a las intervenciones estructuradas en materia de pobreza energética debido a la identificación de las perspectivas teóricas de la pobreza energética desde enfoques holísticos, como los marcos de justicia energética o de capacidades energéticas, y los roles y características del emprendimiento social en la red de servicios energéticos para intermediar en las redes y aportar soluciones innovadoras que ofrecen las intervenciones en materia de pobreza energética. Términos como comunidad, innovación comunitaria y acción colectiva se incluyen y dan lugar a un marco unificado que facilita un cuerpo de investigación más cohesionado (Nordstrom y Jennings, 2015; Peredo y Chrisman, 2006). Además, este enfoque colectivo supera la imagen individualista desmitificada del emprendedor (Dey y Steyaert, 2018).

El estado del arte también destaca varias ideas para la elaboración de políticas ascendentes en materia de pobreza energética a partir de iniciativas de emprendimiento social e innovación. Por último, los resultados de la revisión afirman que las nuevas líneas de investigación se sitúan en la intersección de los tres dominios en el campo de las ciencias sociales de la energía. De cada línea se pueden derivar implicaciones tanto teóricas como prácticas para ayudar a los responsables políticos a estar mejor informados a través de las intervenciones ascendentes de los emprendedores sociales y diseñar políticas más integradas y adecuadas en materia de pobreza energética (Middlemiss y Gillard, 2015).

Por lo tanto, al explorar la revisión de la literatura, identificamos cuestiones atractivas que subrayan la necesidad de un holismo y una perspectiva colectiva que se centra en las experiencias de los emprendedores sociales híbridos en la red del emprendedor social colaborativo.

3.2.    Relacionando: entendiendo la narrativa del emprendimiento social para el conocimiento propio y de la red de pobreza energética

El capítulo 3 estudia las implicaciones de la hibridez del emprendimiento social en la narrativa a través de la perspectiva de la red. Se evidencia la dimensión colectiva y de red del emprendedor social (Elia y Margherita, 2018b; Mato- Santiso y Rey-García, 2019; Mitzinneck y Besharov, 2019; Montgomery, Dacin y Dacin, 2012; Nordstrom y Jennings, 2015). La hibridez de los emprendedores sociales se manifiesta en tres narrativas diferentes sobre la experiencia en la red de pobreza energética y su relación con el resto de los actores (Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020; Huybrechts y Haugh, 2018b; Kerr, Gouldson y Barrett, 2018). A pesar de la necesidad de soluciones holísticas y multinivel, el papel de los pequeños emprendedores sociales ha recibido muy poca atención académica hasta la fecha. Fundamentalmente, esta investigación responde a las cuestiones destacadas por la revisión de literatura sistemática del capítulo 2, subrayando las capacidades de los emprendedores sociales como vehículos adecuados en la red.

En este análisis cualitativo del discurso de los emprendedores sociales colectivos a nivel micro, se realiza un estudio a través de entrevistas en profundidad para identificar la narrativa central del fenómeno del emprendimiento social en la pobreza energética. Se descubren tres patrones de narrativas que dependen de la prioridad de los aspectos sociales aportados por el emprendedor y se analizan sus diferencias, similitudes e interrelaciones con la red y el resto de los actores. El punto de partida es que la red emergente de la pobreza energética está fragmentada, lo que invita a dar respuestas desde organizaciones híbridas, como las empresas sociales (Littlewood y Khan, 2018).

Partiendo de forma inductiva de datos empíricos cualitativos, este trabajo pretende aportar conocimientos teóricos sobre el papel del emprendimiento y la innovación social en la red de pobreza energética en el contexto europeo. Existe un creciente interés en los temas de innovación y emprendimiento social (Hiteva y Sovacool, 2017b; Nandan, London y Bent-Goodley, 2015; Pitt y Nolden, 2020; Silvestre y Ţîrcă, 2019) dentro del campo de las ciencias sociales de la energía para proporcionar soluciones parciales para abordar la pobreza y la vulnerabilidad energética (Bouzarovski et al., 2020; Butler y Sherriff, 2017; Creutzfeldt et al., 2020; Hiteva y Sovacool, 2017b; Middlemiss y Gillard, 2015). La empresa social como institución, con la diversidad de formas y propósitos específicos que puede adoptar, tiene una naturaleza híbrida que integra múltiples lógicas (Gupta et al., 2020; Mair y Martí, 2006; Short, Moss y Lumpkin, 2009), lo que la convierte en un espacio potencialmente productivo para construir respuestas a la vulnerabilidad energética desde la necesaria diversidad de perspectivas que la complejidad del problema requiere.

Se pretende captar la heterogeneidad de las narrativas de los emprendedores sociales dentro de la red de pobreza energética desde un enfoque fenomenológico hermenéutico para enriquecer la comprensión de los mecanismos en juego en la red de pobreza energética (Czarniawska, 2004; Kerr, Gouldson y Barrett, 2018; Laverty, 2003; Smith y Osborn, 2015). Se recopilan las experiencias vividas por los emprendedores sociales y se analizan los significados atribuidos a estas experiencias dentro de la red.

3.3.   Debatiendo: el emprendimiento social conectando la red de actores de la corporación energética para acercar a las comunidades vulnerables

El capítulo 4 se centra en el emprendimiento social como intermediario con carácter temporal de los cambios organizativos en las grandes corporaciones energéticas, tendiendo un puente entre las comunidades vulnerables y las empresas y conectando la lógica social con la lógica tradicional del puro beneficio económico. A través de la forma organizativa de un departamento fronterizo, el objetivo del proceso es reforzar la posición de las comunidades vulnerables desde el punto de vista energético en el mapa de las partes interesadas de las empresas. El último artículo del capítulo 5 fue el primero en publicarse, pero su aportación conecta con la parte final correspondiente al enfoque interpretativo circular de esta tesis.

Tras el estudio de los pequeños emprendedores sociales, su relación con el resto de los actores y su potencial como intermediarios dentro de la fragmentada red energética (Bouzarovski et al., 2020; Smith, 2007; Webb, 2015) ponemos el foco en el papel del intraemprendimiento en las corporaciones. El estudio de las diferentes iniciativas privadas para combatir la pobreza energética a través de las pequeñas y grandes empresas no son territorios exclusivos dentro de la red de actores sociales que luchan contra la pobreza energética. Observamos cómo una interacción específica trasciende la lógica del conflicto para proponer un espacio de colaboración alternativo liderado por un actor emergente: el intraemprendedor social dentro de las corporaciones energéticas a gran escala.

También intentamos aclarar la interconexión entre el emprendimiento social, el intraemprendimiento social y la innovación social. La innovación social incluye todos los nuevos procesos, productos y servicios que abordan cuestiones sociales para mejorar la calidad de la vida humana. El emprendimiento social es el establecimiento de iniciativas para implementar innovaciones sociales, y el intraemprendimiento social es la aplicación e integración de innovaciones sociales dentro de las organizaciones (Nandan, London y Bent-Goodley, 2015). La innovación social es un concepto y una práctica amplios que pueden aplicarse mediante el intraemprendimiento social o el emprendimiento social. El intraemprendimiento social es un comportamiento emprendedor exhibido por los empleados dentro de una organización. Dado que decidimos ceñirnos al emprendimiento social, optamos por reducir la referencia a la literatura sobre innovación social a pesar de su conexión con la literatura sobre emprendimiento social e intraemprendimiento social, centrándonos en estos dos. Si nos fijamos en el emprendimiento social, consideramos que la misión del emprendedor social relacionada con los grupos desfavorecidos no suele ser objeto de discusión (Mair y Martí, 2006). La innovación social va más allá de las limitaciones del estudio de los indicadores de pobreza energética predominantes y proporciona coherencia e inspiración para fomentar la participación de múltiples actores en la red (Nandan, London y Bent-Goodley, 2015; Smith, 2007). El emprendimiento social puede ser un vehículo para introducir y difundir la innovación social en las empresas. Estas capacidades de intermediación pueden formar parte del papel del emprendimiento social dentro de la red corporativa. Más allá del conflicto y la lucha, puede entenderse en términos de cooperación y trabajo conjunto. El departamento de emprendimiento social sería el intermediario entre la corporación y la vulnerabilidad.

Al basarse en la literatura sobre intraemprendimiento social y la teoría de los grupos de interés (Parmar et al., 2010) y profundizar en los actores empresariales de la red, el supuesto dominante indica que el emprendimiento social y las empresas son espacios en contradicción y separación. Este reto de conectar ambos espacios se aborda en la propuesta conceptual del capítulo 4. Desde la perspectiva de la red, el potencial del emprendedor social como coordinador propone el objetivo innovador de la lucha contra la pobreza energética a las grandes empresas energéticas. Algo que parece contradictorio puede suponer un cambio organizativo que lleve a largo plazo a pasar de una lógica de beneficio económico a una hibridación con aspectos sociales y de acercamiento a las comunidades vulnerables a través de figuras endeudadas y preparadas para liderar esta interacción por su carácter híbrido técnico y social.

Este artículo examina un fondo interdisciplinario relacionado con el emprendimiento social y el intraemprendimiento (Halme, Lindeman y Linna, 2012; Kistruck y Beamish, 2010; Nandan, London y Bent-Goodley, 2015), el cambio (Waddock et al., 2015; Weick y Quinn, 1999) y las estructuras singulares ((Aldrich y Herker, 1977; Berkes, 2009; Leifer y Delbecq, 1978), y la teoría de las partes interesadas (Burga y Rezania, 2016; Parmar et al., 2010; Weber y Marley, 2012), ofrecemos una propuesta conceptual de estructura organizativa.

La búsqueda de una mayor orientación y formalidad en las interacciones productivas entre las lógicas conflictivas de los agentes de diferente naturaleza, como los activistas, las comunidades vulnerables y los departamentos B-Suite de las gigantescas corporaciones energéticas, se lleva a cabo en esta tercera parte de la tesis. Los actuales diseños institucionalizados en las corporaciones energéticas tratan de forma periférica a las comunidades de clientes vulnerables, pero no aprovechan su alto potencial para aliviar la pobreza energética. Se suman a la crítica ya avanzada sobre el bajo rendimiento y la desviación de los departamentos de responsabilidad social corporativa (Banerjee, 2008; Parmar et al., 2010). Con la misión de resolver problemas sociales, la lógica del emprendimiento social podría crear un espacio potencial en los titulares para que aborden directamente la pobreza energética. Este artículo conceptual pretende responder a esta necesidad proponiendo un modelo de proceso conceptual para el cambio organizativo estructurado para implementar la colaboración multiactor (van Zanten y van Tulder, 2018) a través de la integración de departamentos de intraemprendimiento social (Nandan, London y Bent-Goodley, 2015) dentro de las empresas energéticas para minimizar la pobreza energética. Las estructuras actuales dentro de las empresas, como las fundaciones corporativas u otros departamentos que no tienen una misión única, tienen un impacto mínimo en la minimización de la pobreza energética. Hasta la fecha, los consumidores de energía vulnerables son las últimas y más débiles partes interesadas de la corporación.

Al tratarse el emprendimiento social de un nicho de innovación, existe el riesgo de que desaparezca, aunque podría sobrevivir si dicho nicho alcanza el grado de madurez necesario (Hillman, Axon y Morrissey, 2018). Debido a su poder y recursos limitados, pocos emprendedores sociales colectivos han llegado a ser lo suficientemente grandes como para influir fuertemente en el gobierno y los responsables políticos (Campos y Marín-González, 2020; Hess, 2018; Lupi et al., 2021; Montgomery, Daci y Daci, 2012; Nordstrom y Jennings, 2015). Su agencia en las transiciones energéticas justas aún requiere cierta claridad de construcción y legitimidad (Suddaby, 2010; Suddaby, Bitektine y Haack, 2017).

Es necesario un cambio más significativo para que las empresas energéticas avancen hacia la difusión y aplicación en la práctica de los principios de justicia energética (Jenkins et al., 2020, 2018; van Zanten y van Tulder, 2018; Waddock et al., 2015) Las grandes empresas son cada vez más reconocidas como innovadores de mercado/tecnología/valor, aunque poca investigación se centra en su alto potencial como innovadores sociales (Barnett, 2019). Percibidas como resistentes al cambio, las empresas energéticas tradicionales podrían convertirse en agentes proactivos, ya que su poder es muy influyente (Turnheim y Sovacool, 2020) y puede “reorientar” la transición energética (Geels, 2021). La sociedad vigila de cerca a las empresas energéticas porque el suministro de energía es esencial en los países en desarrollo y desarrollados (Jenkins y Pérez-Arriaga, 2017). Los recursos de las grandes empresas podrían apoyar la experimentación con modelos de intraemprendimiento social a pesar de la posición tradicional y resistente de estas empresas respecto a los cambios radicales (Jenkins et al., 2020; Wesseling, Bidmon y Bohnsack, 2020).

En las transiciones, el cambio disruptivo se produce como resultado de las diversas relaciones multinivel existentes en un contexto específico, donde existe un conflicto entre la entidad dominante (actores, estructuras y prácticas) y las nuevas alternativas emergentes (Araújo, 2014; Geels y Schot, 2007; Hockerts y Wüstenhagen, 2010; Köhler et al., 2019; Schot y Geels, 2008). Ha habido muy poca investigación sobre estos dos niveles de la agencia de los actores de las pequeñas y grandes empresas en las transiciones (Hiteva y Sovacool, 2017; Hörisch, 2015). es decir, en primer lugar, en el nivel del nicho emergente de los intraemprendedores sociales como innovadores en la pobreza energética y, en segundo lugar, en la historia de las empresas energéticas a gran escala existentes (empresas energéticas). La posición única de estas empresas como actores influyentes podría transformar las grandes empresas energéticas para ayudar a aliviar la pobreza (Halme, Lindeman y Linna, 2012; Turnheim y Sovacool, 2020).

Las estructuras actuales dentro de las corporaciones, como las fundaciones corporativas u otros departamentos que no tienen una única misión, como los departamentos de RSC, tienen efectos mínimos en la minimización de la pobreza energética. Hasta la fecha, los consumidores de energía vulnerables siguen siendo las partes interesadas más débiles de las corporaciones. Pretendemos responder a esta necesidad proponiendo un modelo de proceso conceptual para el cambio organizativo estructurado para implementar la colaboración multiactor (van Zanten y van Tulder, 2018) a través de la integración de los departamentos de intraemprendimiento social dentro de las empresas energéticas para minimizar la pobreza energética. En concreto, ilustramos la propuesta introduciendo un nuevo departamento en la estructura organizativa de una empresa energética que trataría directamente con los clientes vulnerables, el Departamento de Energía Social. Los detalles específicos del modelo de negocio se diseñarían caso por caso y no se abordan en esta tesis. La introducción de una nueva lógica no supone una sustitución. Por el contrario, implica más acciones complementarias mediante el aumento de la interacción formal y la adaptación entre los actores en un camino gradual hacia la reorientación y la transformación (Geels, 2021).

Por lo tanto, nuestra tesis ilustra un método que construye e incluye una unidad organizativa novedosa a través de departamentos formados por intraemprendedores sociales en empresas energéticas incumbentes unidas para abordar la pobreza energética. El objetivo es defender un modelo para que las empresas a gran escala se adapten a las transiciones energéticas justas con un cambio organizativo liderado por una visión para incidir en el mapa de las partes interesadas y proteger los derechos energéticos fundamentales vinculados al núcleo del negocio. Esta propuesta podría ayudar a asignar a los clientes vulnerables a un departamento impulsado por la aspiración de reducir la pobreza energética. Este cambio organizativo podría conducir a un enfoque de la RSC más orientado a las partes interesadas, acelerando la transición energética justa.

4.   CONCLUSIONES

Como conclusión, la integración de una perspectiva de red de actores en pobreza energética contribuye a ampliar las perspectivas en pobreza energética observando a un actor poco estudiado dentro de la red: el emprendedor social que debido a su naturaleza híbrida y colectiva es relevante. También se contribuye a la literatura más consolidada de emprendimiento social entendiendo su experiencia como actores únicos que juegan un papel transformador de intermediación en la construcción de cohesión en los grandes retos sociales en que la mirada multiactor es fundamental.

La aplicabilidad práctica de esta tesis es prometedora pues se centra en la innovación social en energía proporcionando a los emprendedores sociales experiencias, concienciación y comprensión de su naturaleza híbrida y colectiva para desempeñar un papel de intermediación en la red. Además, la tesis propone un modelo organizativo que integra lógicas de innovación social en pobreza energética invitando a otros investigadores a utilizar, ampliar, adaptar y criticar este modelo. Se presentan recomendaciones políticas para que las políticas públicas faciliten espacios para elevar las voces e inclusividad para ganar cohesión de red. Todos los problemas sociales son de naturaleza dialéctica por lo que se recomienda la institucionalización de la red de pobreza energética en Europa a través de una mayor interacción a través de mesas redondas periódicas y frecuentes con todos los miembros de la red de pobreza energética con la coordinación (temporal) de los emprendedores sociales. En resumen, el reconocimiento y fomento de la innovación social y el espíritu empresarial puede favorecer el desarrollo, y desarrollar la cohesión de la red puede enriquecer el proceso de elaboración e implementación de políticas más ricas.

Esta tesis es una reflexión sobre las conexiones paralelas invisibles de la red de pobreza energética y cómo su fragmentación también debería coordinarse para reducir el problema, ya que la transición está exigiendo enfoques sociales que pongan a la persona en el centro del sistema energético.

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NOTAS

* Faculty of Economics and Business. Universidad Pontificia Comillas, Madrid.

** Faculty of Economics and Business. Universidad Pontificia Comillas, Madrid.

*** Hunter Centre for Entrepreneurship, University of Strathclyde, Glasgow, UK.

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